Capítulo 29: Marcus Especial

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El resto de los días de Abby en el hospital pasan volando y ella logra volver a casa junto con Austin, quien es verdaderamente sano a pesar de nacer casi tres semanas antes de lo planeado.

Me miro en el espejo y le doy el visto bueno a mi atuendo. El estrés de los exámenes me ha hecho adelgazar y lo mejor de todo es que ahora si puedo usar esos jeans de infarto que nunca pude permitirme comprar porque no me quedarían bien. Llevo un suéter blanco de encaje y botines marrones con un poco de tacón. No soy de usar maquillaje pero la situación lo amerita.

Después de que Abby y Tyler adoptaron a Ariel, se convirtió en la niña más envidiada de la manada, sobre todo por sus fiestas de cumpleaños. Hoy la pelirroja favorita de la familia está cumpliendo siete años y aunque Austin sólo tiene unos días de nacido, no quisieron desilusionarla posponiendo su fiesta, o peor, cancelándola. Siendo que sus cumpleaños son tan seguidos puedo ver muchas fiestas combinadas en el futuro.

Mentiría si dijera que no estoy nerviosa, las manos no dejan de temblarme y de sudar. En el hospital todos estaban tensos pero esta vez lo único importante es celebrar a Ariel. Por un lado digo que mis nervios son estúpidos, Jeremy y yo terminamos hace tiempo y por lo visto a él le ha ido bastante bien sin mí. Por otro lado siento que voy directo a la línea de fuego en donde estará toda la familia de Abby, estarán todas sus primas y las cuatro me odian. Y por si eso fuera poco, estaremos rodeados de más lobos de los que me gustaría, cualquiera podría meter la pata y revelar mi mayor secreto.

-Estas espectacular -me dice Josh cuando me encuentro con él en el piso de abajo.

-Gracias -le digo escaneándolo con la mirada-. Tú también te ves muy guapo.

El look de Josh es mucho más casual, lleva pantalones oscuros como los míos, una camisa azul marino que hace resaltar sus ojos grises y zapatos negros. Como una idiota me quedo mirándolo, su nariz recta, su mandíbula cuadrada y su cabello castaño claro.

-Ah, ah. Llevo brillo labial -digo colocando un dedo sobre sus labios cuando intenta besarme haciendo que haga una mueca.

-Sabes que no me gusta que lleves eso, es pegajoso y difícil de quitar.

-No me importa -río mientras voy al mesón de la cocina por las llaves. La tía Cynthia y el tío Dexter se fueron antes a la fiesta-. Ahora vámonos antes de que Ariel me odie por llegar tarde a su fiesta.

Después de cerrar la puerta, veo como los guardaespaldas que nos corresponden se alistan para salir justo después de nosotros. Y eso no pasa desapercibido para Josh.

-Aún es raro acostumbrarse a eso -me dice cuando subimos al auto y suspiro. Sin duda los guardaespaldas no han sido algo que extrañe en la Universidad de California o con mamá.

-Solo es un mes, no es para tanto -digo, intentando restarle importancia. Cuando Josh comienza a conducir saco del pequeño bolso que llevo conmigo un espejo para asegurarme de que mi maquillaje luce decente, si voy a la boca del lobo lo mínimo que puedo hacer es lucir bien.

-Estas nerviosa -afirma Josh al verme por el rabillo del ojo-. ¿Por qué?

Me encanta que me conozca tan bien pero al mismo tiempo es molesto, nunca puedo ocultarle nada. Bueno, más de lo que ya lo hago. Supongo que porque él aprendió a conocerme a base de las mentiras.

-Yo... pues no tengo muy buena relación con la familia de Abby -confieso y tengo que armarme de valor para no decirle la verdad a medias, tengo y quiero serle sincera-. ¿Recuerdas el antiguo novio del que te hablé?

-Claro -dice con calma. Antes de comenzar a salir, en una de esas noches de las cuales por estar demasiado ida de mi misma, le hablé a Josh sobre un chico que había amado y que perdí. De lo jodida que podía ser la vida algunas veces y como de alguna manera siempre conseguimos salir adelante.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora