Prólogo

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Cuando Jeremy la vio por primera vez sintió que le habían dado un buen golpe en las pelotas. No como esos golpes que son sin querer, sino como uno de esos que te dejan sin aire y estas desorientado por un par de segundos y olvidas hasta tu nombre. Peyton nunca fue la chica más hermosa del mundo, pero sí la más hermosa de su mundo.

Ella iba un año más arriba que él y cada vez que la encontraba por los pasillos de la secundaria, siempre se imaginaba dibujándola durante sus clases de arte. A sus ojos cafés, su piel tostada, su cabello rizado y esa sonrisa que dejaba a cualquiera embobado. Porque Peyton era la chica que nunca supo que encontraría.

Peyton era luz, brillo y color. Era todo lo que ni en su más remota expresión lo que él sería nunca y le gustaba pensar que por eso congeniaban tan bien, porque cada uno compensaba las características del otro. Porque los opuestos se atraen, ¿no?

Todo fue perfecto, hasta que un día ya no lo fue. Con la muerte del padre de Peyton, ella ya no era la chica feliz y chispeante de la que se había enamorado. Aún así la siguió amando, porque se suponía que sólo era una etapa y que necesitaba tiempo para poder superar el luto. Así lo sintió, hasta que ella solo se fue sin decir adiós.

Cuando su prima Abby y su esposo Tyler, decidieron celebrar su boda como debieron haberlo hecho desde la primera vez, Jeremy estuvo muy feliz. Ambos se merecían todo lo bueno que la vida les pudiera dar. Merecían ser felices, aunque las personas a su alrededor no lo fueran del todo.

Jeremy no se esperaba verla esa noche, mucho menos verla sonriente, con un bonito vestido y actuando como si no hubiera nada malo en el mundo. Aún de esa forma, él la aceptó y se dio cuenta de lo mucho que la había extrañado.

Bailaron, aunque a él no le gustaba hacerlo.

Rieron, como en mucho tiempo no lo habían hecho.

Y se amaron, como sólo ellos sabían hacerlo.

Pero ella no volvió para quedarse y supo darse cuenta que su peor error había sido fiarse de ella. A la mañana siguiente desapareció de nuevo sin dejar rastro, más que una carta escrita a puño y letra, la cual no se atrevió a abrir. Nada bueno se decía en las cartas, por lo que solo la dejó en el escritorio y se hundió en su miseria. Porque en la guerra del amor había que saber ganar y perder, el unido problema fue que el único que perdió, fue él.

¡Hola, hola, mis queridos lobitos! No tienen ni idea de lo emocionada que estoy con este nuevo proyecto, sobre todo porque llegó a mi cuando ya había tomado la decisión de seguir adelante con esta trilogía.

Déjenme orientarlos un poco, la historia constará de dos partes que estarán publicadas en esta misma historia. La primera parte será narrada por Jeremy y la segunda parte por Peyton.

Por favor NO se adelanten a los hechos, todo tiene una razón de ser. Una muy buena razón de ser, de hecho 😅.

Les agradezco mucho su apoyo. A los lectores viejos gracias por estar conmigo todo este tiempo y a los nuevos, gracias por darme una oportunidad, les aseguro que no se arrepentirán.

Si les gusta, no se les olvide darle a la estrellita o comentar, no saben lo feliz que me hacen. De verdad.

Sin más que agregar, les deseo una grata lectura con este regalo de Navidad adelantado de mí para ustedes. Y cuídense mucho.

Los amo.

Andre

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora