Capítulo 49: Entonces eres el desastre más hermoso que he conocido

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Taylor debe trabajar mañana temprano por lo que no se queda mucho más tiempo. Ni siquiera diez minutos después de su partida, llegan Tyler, Abby y unos bastantes animados Austin y Ariel.

Mi primo se dedica a preparar mi favorito pasta a la carbonara y cenamos entre risas y peleas entre Tyler y yo. ¡Estoy muy hambrienta!

—¿Te quedarás aquí a esperar a Josh? —me pregunta la tía Cynthia cuando ya mi primo y su familia se han ido. Freya y yo nos encargamos de lavar y secar los platos y ahora los guardo en sus respectivos lugares mientras mi mejor amiga se fue a tomar una ducha.

—Me gustaría —confieso—, pero estoy cansada.

—Deja eso entonces —dice mi tía tomando el plato que tengo entre mis manos—. Ve a dormir yo me encargo de esto.

Pienso lo de terminar con la tarea pero de verdad que estoy cansada, beso la mejilla de mi tía y salgo de la cocina para dirigirme a mi habitación. Cepillo mis dientes y me cambio por una holgada camisa que llega a la mitad de mis muslos.

Me dejo caer en mi cama y al momento me quedo dormida. Despierto sudando y con la respiración acelerada. Soñaba que estaba en un bosque oscuro y Saint no dejaba de perseguirme. Me levanto y entro al baño para lavar mi cara con agua helada.

—Estás bien, él no puede hacerte daño —repito mi nuevo mantra un par de veces y vuelvo a mi habitación. Miro con el ceño fruncido un sobre blanco que se encuentra a un par de metros de la cama y me acerco para tomarlo. Tiene escrito mi nombre en la solapa, con la letra de Josh.

Abro el sobre y saco la hoja doblada que hay adentro. Esta es una de las cosas por las que Josh hace que me enamore cada día más de él.

He sido un completo idiota y necesitamos hablar. ¿Una cita mañana? Tienes que estar lista a las diez. No podemos vernos hasta ese momento, así que prepárate.

Atentamente, el responsable de tus suspiros.

Un esbozo de sonrisa de dibuja en mi rostro y una idea se instala en mi mente. De la mesa de noche tomo una pañoleta y salgo de la habitación.

—¿Josh? —digo en voz baja golpeando apenas la madera de la puerta para no despertar a las demás personas bajo este techo.

—¿Uhm? —lo escucho murmurar y sé que lo he despertado.

—No mires —exclamo en un susurro y me adentro a la habitación, cubriendo mis ojos con una de mis manos y con el otro cierro la puerta con cuidado.

—¿Por qué pensé que por una vez en la vida harías caso a algo que te dijera? —pregunta y puedo escuchar la diversión en su voz.

—Tu nota decía que no podíamos vernos, no que no podíamos tocarnos. Así que, técnicamente, si cumplo con lo que me pediste.

Siento mi corazón latir desbocado, me doy la vuelta para mirar la puerta y cubro mis ojos con la pañoleta y la anudo en la parte de atrás de mi cabeza.

Camino el par de metros que quedan entre la puerta y la cama y siento chispas eléctricas y fuegos artificiales explotar cuando por fin Josh me toca después de estos días. Acostumbra a dormir sin camiseta por lo que me aferro a su pecho y me siento en mi hogar. Y, envuelta en su calor, me quedo dormida.





Cuando por fin despierto tanteo el lugar a mi lado pero está vacío, me quito la pañoleta que cubre mis ojos y corroboro que, en efecto, estoy sola en la antigua habitación de Tyler.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora