Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)

Capítulo 50 (Parte 2): Indestructible

En multimedia se encuentra la canción Take On The World de You Me At Six, reprodúzcanla cuando vean el símbolo (+) les prometo que le dará un gran toque a la lectura. Sin más que decir, disfruten el capítulo.

Odio las despedidas siempre las he odiado, por eso cuando me fui de la manada no me despedí de ninguna persona, más que de mis tíos y eso, solo porque vivía con ellos. Era y soy débil y sabía que si alguien me pedía que me quedara (específicamente alguien con un nombre que comienza con J y termina en Eremy), lo haría.

Cierro la maleta y sonrío orgullosa al ver que esta vez he podido cerrarla sin ayuda de Josh. Las cosas que Freya y yo compramos el día del accidente fueron rescatadas de mi auto destruido y aunque me llevo muchas de ellas, el resto están dentro de mi armario, esperando para ser usadas cuando vuelva. Porque sí, volveré.

Es tiempo de seguir adelante, pero sin dejar mis raíces de lado. Eso es lo más importante.

Sonrío al ver la hora en el reloj de la mesa de noche y compruebo que aún tenemos un rato antes de tener que irnos al aeropuerto. Mi auto sigue en el taller después del accidente y no tenemos tiempo de esperar a que esté listo, nuestro tercer año de medicina comenzará en un par de días. Un vuelo a California es la opción más fácil y rápida.

—Cariño, ¿ya estás lista?

Miro a Josh y asiento.

—Esta vez no necesité tu ayuda —canturreo, haciéndolo reír.

—Sería justicia —dice y entra a la habitación para tomar la maleta con su mano sana. Anoche tuvimos una conversación larga y tendida sobre la licantropía y sus efectos. Sabe que tengo más fuerza que él, pero no le importa, prácticamente lleva en los genes esos actos caballerosos que me encantan de él.

Doy una última mirada a mi habitación sopesando todos los momentos de este último mes mientras jugueteo con el anillo en mi dedo. Suelto un suspiro y cierro la puerta, dejando todo ese sufrimiento atrás.

—Creo que ya está todo —dice Freya cuando llegamos al piso inferior. Nuestras maletas están alineadas frente a la puerta y agradezco que las chicas mantengan la promesa que me hicieron ayer: se despidieron de mí después de la fiesta para no estar aquí hoy, lo único que harían sería que la despedida fuese más dura.

—Bien, entonces llevemos las maletas al auto —dice la tía Cynthia con fingida emoción, sé que no quiere que nos vayamos pero no tenemos de otra. Con más razón volveré más seguido.

Siendo que solo son tres maletas, una por cada uno de nosotros, no tardamos en subirlas al auto. Frunzo el ceño cuando vemos la verja abrirse, dejando entrar la camioneta de Tyler.

—No creí que vendría —digo confundida.

—Yo tampoco —me dice el tío Dexter y sonrío al ver a Ariel bajar del auto y correr hacia mí para abrazarme.

—¿Ya te vas? —me pregunta, alzando su azulada mirada hacia mí.

—Así es, tenemos que ir al aeropuerto.

—¿Pero prometes que vas a volver pronto? —me dice y puedo ver la incertidumbre en sus ojos. Dejo un par de mechones detrás de sus orejas y asiento.

—Más pronto de lo que piensas.

—Genial —me sonríe y luego me suelta, dirigiéndose a su siguiente objetivo: Josh.

—Aún creo que tengo jarabe de arce en el cerebro, pero no podías irte sin que me despidiera de ti —me dice Tyler y yo no puedo hacer más que reír. Que me persiguiera para intentar llenarme con jarabe de arce me recordó nuestra niñez cuando él siempre era el blanco de mis bromas—. Abby quería despedirse pero Austin tiene cólicos. Te envía mucho amor.