*Hannah arriba *
Isabela
Respiro con fuerza para tratar de calmar mis impulsos asesinos, saco un cigarrillo y lo enciendo llevándolo a mi boca. Estuve a nada de matar a Gabriela y de cierta forma sé que, si Dante no hubiese estado ahí, la habría matado al momento de verla.
Una vez calmada vuelvo a mi oficina y me encuentro con los chicos parados como estatuas.
- ¿Ya almorzaron? – Cuestiono.
- No coronel.
- Pues vayan, no saldré de la oficina así que pueden estar tranquilos – Miento.
- Bien – responden al mismo tiempo y se van
- Samy, ven – le pido a la chica con su enorme barriga.
- ¿Sí?
- Quiero que me traigas las pertenencias que tenía la chica que capturamos hace dos semanas.
- ¿La hija del mafioso?
- Si
- Pero yo no tengo acceso a esa área, Isabela.
- Claro que la tienes – me señalo – pero debes ser sigilosa, trata de que nadie te vea y por favor ve rápido tienes menos de 5 minutos antes de que vuelvan mis carceleros – Asiente y se va.
Espero que dentro de las pertenencias este su móvil, la chica es joven, es buena en lo que hace, pero el imbécil de su padre nunca le ha enseñado sobre tortura y estrategia, ni cómo salir de una misión fallida, para mi es una niña inexperta y muy fácil de romper. Usare eso a mí favor.
Me tomo un vaso de Vodka, sé que lo necesitare y todo mi autocontrol porque esta vez iré sola.
- Listo – escucho a Samy, me entrega un sobre y lo abro. Bingo
- Gracias Samy, volveré en unos minutos, si alguien viene a buscarme dile que estoy ocupada y por nada del mundo dejes que alguien entre.
- Bien
Salgo rumbo a los calabozos, me voy por la parte de atrás de la Unidad para evitar que alguien me vea, sé que Ethan no permitirá que yo entre sola, pero nunca hago caso, así que se debe esperar esto.
Entro al cuarto y miro a la chica que aún está atada a las cadenas.
- ¿Dónde quedo tu guardaespaldas? – Se burla de mí apenas ingreso.
- Hoy hablaremos con tu papi – Se le borra la sonrisa. Arrastro una silla a su lado, busco algo con que taparle la boca, y mientras trato de tapársela me muerde – Ahora te quieres volver perra – me burlo, pero logro mi cometido.
El móvil es con huella así que, no tengo por qué luchar descifrando nada. Busco en la lista de contactos y hayo lo que busco, la miro con una sonrisa de felicidad en mi rostro mientras ella niega con la cabeza. Le doy llamar y coloco el altavoz.
- ¿Gabriela? – responden en un perfecto italiano.
- Isabela – respondo.
- Cagna – gruñe con rabia
- Creo que esa palabra es de familia, lo mismo me dijo tu hija mientras la torturaba, Claudio.
- Si le haces algo te mato.
- Pues es mejor que vayas preparando el funeral – miro a Gabriela quien llora – Además no creo que ella te importara tanto, si la amaras debiste enseñarle muchas más cosas, la pobre era un corderito en un mundo lleno de lobos hambrientos.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)
Teen FictionIsabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...