ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)

Capitulo 58. Familia.

Al llegar a la unidad me bajo del auto y camino a la enfermería, sé que Sophia viene detrás de mí, al llegar a la puerta principal veo a Ethan.

- ¡Isa! - habla y trata de colocar sus manos sobre mi rostro, pero paso de él. No quiero hablar con nadie, sé que él está roto, pero yo estoy destruida.

Él murió en mis brazos, sus últimas palabras me las dio a mí y jamás podré olvidar como su vida fue arrebatada.

Entro a la enfermería y busco las pinzas, pensé que Sophia estaba detrás de mí, pero no fue así. Retiro la ropa que cubre mi hombro y entierro las pinzas en mi hombro sacando la bala.

- ¡¿Qué haces?! - Grita Sophia y me arrebata las pinzas de las manos - Siéntate - ordena y así lo hago. Cura mi herida del hombro, también la de mi frente y toma una muestra de sangre – El quirófano ya está listo.

Soy un zombi, me dejo llevar por los pasillos. Sophia me pone una bata y me mete al quirófano, me explica lo que hará, pero no le coloco atención, dejo que me ponga la máscara de anestesia, quiero dormir, quiero irme lejos de aquí, quiero dejar de pensar. Los ojos se me cierran, pero las lágrimas siguen saliendo. Logro escuchar varias voces, y múltiples manos tocando mi cuerpo, pero de un momento a otro dejo de sentir.

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Me remuevo y gruño ante el dolor que siento en todo el cuerpo, abro los ojos para darme cuenta de que no fue un sueño, para ver que mi cuerpo está lleno de vendas blancas con algunas manchas de sangre. A mi derecha alguien se mueve y me encuentro con Ethan.

- ¿Cómo te sientes?

- ¿Dónde está la mujer que capturamos? – pregunto, trato de sentarme, pero no puedo hacerlo.

- Aun sigues suspendida, debes descansar - Me hierve la sangre que me diga eso – Saliste del quirófano hace nueve horas, te sacaron 2 vidrios, y el mas grande fue el de tu muslo, lo bueno fue que no afecto ninguna vena, debes guardar reposo por dos semanas.

- Llévame a mi habitación – Pido arrancándome la canalización del brazo.

- Deja la terquedad. Aquí Sophia podrá estar pendiente de tus signos vitales.

- O me llevas a mi cuarto, o lo hago yo misma – No soporto estar metida en una habitación que solo huele a hospital.

Se queja y lo ignoro, me toma en sus brazos llevándome a mi habitación de la unidad. Me deja sobre mi cama

- Vete.

- Isa...

- ¡Vete! – Grito, duda, pero se va.

Cuando se va, me levanto y me muerdo la lengua ante el dolor de todo mi cuero, paso el seguro de la puerta para que nadie ingrese y vuelvo a la cama. Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos, mi corazón se estruja al recordar la escena, aprieto con fuerza mi cobija. Me siento culpable por su muerte, los disparos eran para mí, solo para mí.

Saco todo el dolor que tengo por dentro, grito y lloro, solo quiero estar sola y poder lidiar con el dolor que siento en el pecho. Me ahogo con mi propio llanto.

Las heridas físicas no se comparan en nada con el dolor de mi corazón

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Han pasado tres días en los cuales no he salido de este cuarto y para lo único que me he levantado es para hacer mis necesidades, la puerta ha sido golpeado por Sophia, Emma, Samy, Briana, Hannah, Alec, Alexander, Daniel incluso Dante. Pero no quiero hablar con nadie, ni siquiera Emma con sus charlas motivacionales me ayudara a sacar el dolor que tengo adentro.