Al llegar al edificio le digo a los chicos que no dormiré en mi departamento, Jayden se ofrece a resguardar la puerta de Dante, pero le aseguro que estaré bien. Golpeo la puerta y me abre de inmediato, solo lleva unos bóxeres blancos, que combinan con su color de piel.
- ¿Por qué te demoraste? – me gruñe
- No me gruñas Bestia – apenas doy un paso dentro ya estoy empotrada sobre la pared y sus caderas – relájate, tenemos tiempo.
Él no dice nada, solo se concentra en devorar mi boca con vehemencia, por mis fosas nasales llega el rico olor viril de su cuerpo. Le devuelvo el beso con la misma efusividad.
- Te follare tan duro, que mañana no podrás levantarte sin mi ayuda – susurra – Quiero que lleves marcada en tu piel de que eres mía.
Sus palabras son la gasolina para mi motor, me siento mojada.
- Cállate y Follame – sentencio
- Como ordenes mi reina – Dice con burla y deseo
Arremete contra mi boca mientras me lleva a su cama, me deja caer con suavidad y se encarga de besar las partes desnudas de mi cuerpo, mientras retira las prendas.
- No sabes cuánto anhele tener a esas princesas en mi boca – Dice y lleva su boca a mi pezón derecho, mientras que con su mano le da a tención al otro. Mi espalda se arquea.
Cuando ya no hay una sola prenda sobre mi cuerpo, Ubica su falo sobre mi intimidad, siento la punta caliente ser rosada por la longitud de mi entrada. Siento que la espera me mata.
- Abre más las piernas – ordena – Entrare completamente en ti, quiero que sientas todo lo que provocas en mi Fiera.
Entra de una sola estocada y gimo su nombre, me embiste de manera brusca, clavo mi mirada en la suya y siento como me trasmite miles de sensaciones con cada envestida. Besa mi rostro una y otra mis mientras arremete con fuerza, mis uñas se clavan en su fuerte espalda. Siento como un orgasmo se aproxima, mi intimidad aprieta su falo, y ambos nos dejamos llevar por la sensación única que solo los dos provocamos.
La noche pasa, y con cada orgasmo que sale de mi cuerpo siento que quiero explotar, Dante es capaz de sacar lo mejor pero también lo peor de mí. Sus ojos brillan por la luz que entra por la ventana. Acomodo mi rostro sobre su pecho, tratando de contralar mi aselara y descontrolada respiración. El hace lo mismo pasa su brazo por mis hombros.
Ninguno de los dos habla, no necesitamos palabras para explicar lo que sentimos, con el sexo es más que suficiente para trasmitirnos absolutamente todo. Cierro mis ojos permitiéndome escuchar su acelerado y frentico corazón, nuestras respiraciones tratando de ser normales, absorbo el olor que emana su cuerpo es tan elegante y viril.
- Quiero que seas mía Isabela – habla Dante.
- Creo que ya lo soy – respondo divertida.
- No me refiero a eso – se voltea y me mira, lleva su mano a mi mejilla y la acaricia – llámalo como tú quieras, novios, entuque, socio... como te dé la gana, pero quiero que seas completamente mía – con su pulgar acaricia mi labio – Yo ya soy completamente tuyo – Confiesa.
Estoy nerviosa, no sé qué mierda decir. Mi vida es un completo atentado suicida y aun sabiendo eso no me preocupa ni me pone nerviosa, pero esta declaración si lo hace. Mi corazón late a toda prisa como si quisiera salir de mí.
- Dime algo, me siento como imbécil – se queja
- Bueno yo.. no.. yo.. – mi cerebro no funciona, me levanto y me acerco a la ventana ¿Quiero dar este paso? Si ¿Pero? Me da miedo.
ESTÁS LEYENDO
ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)
Ficção AdolescenteIsabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...