Ethan
No puedo apartar la mirada del rostro de Isabela, no tiene golpes y tampoco sangre, eso es lo único que me reconforta.
- Sabes que él no es culpable ¿Verdad? – Inquiere la capitana Emma.
- Si, pero me moría por darle lo que se merece, nadie más que no sea yo, se puede meter con la mujer que considero mi hermana y salir ileso.
- Así que ya lo sabes.
- Yo siempre lo sé todo Emma – Aseguro –. Solo no quiero meterme en su vida, no seré yo quien empiece a prohibirle cosas.
- ¿Qué haremos con ella?
- La internaremos – Afirmo, non quiero hacerlo, pero si es la única forma de traer a la mujer que me tiene al borde de la calvicie, lo hare.
La capitana no dice nada el resto del camino, solo se concentra en el rostro de Isabela. Al llegar al Psiquiátrico mi guardia se despliega por el lugar asegurándolo, los Psiquiatras me hablan sobre la medicina y los tratamientos que le aplicaran mientras este aquí y dejo que Emma sea la que se haga cargo de eso, luego preparan la habitación donde se quedara y le doy tiempo a Emma a solas con Isa para que pueda cambiarla, unos minutos después ingreso a la habitación.
- Estoy segura que querrá arrancarnos los huesos, cuando se despierte y vea que está aquí.
- Lo sé.
- No demora en despertar
Me siento sobre la cama y le tomo la mano. Pasan los minutos mientras mis pensamientos me reiteran que esta es la mejor decisión, que estoy haciendo lo correcto al internarla contra su voluntad, se que cuando se despierte sacara las uñas como siempre, tratara de manipularme como siempre lo hace, pero esta vez no cederé, no dejare que ella vuelva a perderse en esta enfermedad que se la come por dentro, no estoy dispuesto a volver a verla tan débil y hablando con la pared como si mantuviera una charla con alguien.
Su mano empieza a moverse y espero a que logre abrir los ojos, me mira con algo de nostalgia.
- No fue real – Habla más para ella – No fue real – Repite y empieza a llorar, miro a Emma y se ve tan sorprendida como yo.
- ¿Qué no es real?
- Nada – Se recompone con rapidez al ver la bata blanca que le cubre el cuerpo, se aleja de mi recostando su espalda en la pared.
- ¡No! – Grita desesperada. Y verla de esta manera me quiebra desde adentro - ¡No! Ya estoy bien, lo juro Ethan – Su voz es firme, pero veo la decepción en su mirada – No me hagas esto, puedo sentir y no volveré a actuar mal, lo juro. No me puedes hacer esto, no me puedes encerrar aquí, por favor.
- Lo siento Pequeña, la decisión ya está tomada.
- Por favor, no me hagan esto, por favor – Grita desesperada pasando su mirada de Emma a mi – Me tomare unas vacaciones, si eso quieres. Iré a terapia, pero no me dejen aquí, hare lo que quieran - La angustia y desespero se refleja en su mirada y voz – No quiero estar aquí encerrada otra vez, no puedo tolerarlo.
Se levanta de la cama trastabillando por la debilidad que le causa en sedante, toma el florero de plástico que esta sobre la mesa y me lo tira, lo esquivo y cuando camino para poder tomarla empieza a tirarme las almohadas. Logro tomarla por la espalda mientras me entierra las uñas en los brazos, sus gritos me rompen por dentro, se remueve y no se deja hablar.
- Sédala – Demando a Emma, cuando veo que Isabela esta fuera de sí.
- ¡No! – grita, logra girarse, pero no la suelto me pone las uñas largas con gotas de mi sangre en el rostro, no me lastima solo me mira con desesperación– Por favor, déjenme explicarles todo y después toman una decisión.
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ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)
Novela JuvenilIsabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...