Capitulo 64

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- ¿Alguno me quiere contar algo? – pregunto, asomo mi cabeza por medio de los dos asientos delanteros. Ambos se miran de manera extraña y después pasan a mí.

- ¿Estás bien? – se burla Jayden

- Yo sí, pero uno de ustedes no – los miro con una clara advertencia – ¿Así que cual de ustedes está metiendo su polla en las cavidades de mi amiga?

Los dos sueltan a reír y muerdo mi labio para no hacerlo, debo verme seria en momentos como este.

- ¿De qué Hablas? – pregunta Joshua.

- Que uno de ustedes dos se está follando a una de mis amigas – digo cansada – Y quiero saber cuál es – los miro – Debo empezar a pagarle los daños psicológicos que Sophia pueda ocasionar.

Ninguno de los dos da señales de nada, y me confunden. Son hombres entrenados como todos en la Unidad por tal saben ocultar muy bien sus emociones.

- Estas loca – comenta Jayden

- ¿Me van a decir? – hago un puchero

- No – responden los dos al unísono

- Bien – me vuelvo en mi asiento, saco mi móvil y le escribo a Sophia.

I: ¿Quién es? – Le pregunto – si no me dices moriré.

Ella solo me manda un Emoji realmente chistoso, sé que tampoco me lo dirá así que me doy por vencida, algún día sabré quien es y les jalare las orejas por no decirme. Los chicos me miran y se ríen de mis muecas.

- Cuando sepa cuál es, se van a arrepentir de no haberme contado ¡Traidores! – les gruño y sueltan a reír.

Malditos

Al llegar a la mansión de Franco les pido que me esperen afuera y les advierto que nadie puede saber que estoy aquí.

Camino por un largo jardín este lugar es muy hermoso. Cuando llego a la entrada veo a Franco esta vestido casual y se ve jodidamente ardiente el condenado, a su lado una hermosa mujer cábelo castaño, unos ojos marrones impresionantes, le calculo unos 26 años, delgada y de mi estatura.

Los gustos de mi Cobarde amigo no cambian

Lleva una camisa igual a la mía solo que la de ella es roja, un jean negro y botines del mismo color. La veo mirar mi atuendo y una sonrisa radiante se desprende de sus labios.

- Buenas noches – saludo con educación – Mucho gusto Isabela – le extiendo la mano la cual acepta gustosa.

- Luisa

- Jamás en mi vida creí que la Gran Isabela fuese respetuosa – su burla Franco y lo miro con una ceja alzada – No me mires así – gruñe.

- Mi prometido es algo... Desesperante – Comenta la chica y ya me cae bien.

- Por fin alguien me entiende – miro el cielo

- Estoy aquí – escucho a Franco, Luisa rueda los ojos y me toma de la mano con confianza, miro a franco y este asiente.

- ¿Quieres algo de tomar? – me pregunta mientras me conduce por una sala.

- Si

- Vodka – dice ella y la miro con el ceño fruncido – Franco suele hablar mucho de su hermana – me sonríe.

- No soy alcohólica – me apresuro a decir, con Franco nunca se sabe.

- Lo sé - me invita a sentarme y me sirve un trago, ella hace lo mismo y me mira de pies a cabeza, como si no creyera que estoy aquí.

ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora