General Ethan Davidson.
- ¿Cómo sigue? – Me pregunta el general alfa, Frederick.
- Igual – Digo cansado – No reacciona, está en un estado de coma en el que solo ella decide si volver o largarse para siempre.
- Volverá, y lo sabes.
- ¡No, no lo sé! Han pasado dos semanas, se suponía que despertaría en dos días. Si quisiera volver ya lo habría hecho, su cuerpo ya está bien. Tal vez y ella decida irse, tal vez no quiere volver a este mundo de mierda.
Isa lleva dos semanas en coma, cuando salió de peligro la traslade a Miami, y contrate a los mejores doctores del país, pero ninguno logra despertarla y eso solo me esta matando día a día, me duele verla postrada en una cama, con cables por todo su cuerpo, odio el hecho de que no me responda cuando le hablo, quiero que se levante y llore en mis hombros empapando mi camisa de sus asquerosas lágrimas, quiero que me pelee y refute hasta por respirar, que haga lo que sea, pero que abra los ojos.
- El gobierno quiere saber cómo mierda teníamos a un infiltrado en nuestras filas – Le digo a Frederick, cambiando el tema – Solicitan una reunión contigo hoy mismo.
- No iré, el hecho de que les prestemos nuestros servicios, no significa que les deba explicaciones, ni a ellos ni a nadie. Soy mi propio jefe.
Asiento a su repuesta, Frederick es el jerarca de la UFOEA y nadie mas que el se puede ordenar a si mismo, no le debemos explicaciones a nadie, ni gobiernos, ni presidentes corruptos que es lo único que hay en el mundo.
- Respecto a la familia de Charlotte – lo miro –. Todos están bien y ya recibieron sus cenizas y se le informo lo acordado.
- Bien, iré a visitar a mi esposa dos días, así que no tendremos comunicación por ese tiempo.
- Dale saludos de mi parte – Pido.
Asiente y sale de mi oficina, termino de llenar unos documentos y salgo de mi oficina.
Ayer fui a ver a Isa y seguía igual. Iré nuevamente para ver si hay algún cambio, lo cual espero que sí.
Estaciono en el parking de la mejor clínica del país y voy directo a su cuarto. Detrás de mí van mis usuales 6 guardaespaldas de la UFOEA. Odio tenerlos tras de mí, pero son importantes para mi seguridad.
- Buenos días General – me dice la doctora de mi hermana.
Aquí todos me conocen como general de un ejército común y me respetan como tal, estoy seguro que si supieran que soy un general con un mando mayor al del presidente del país me alabaría de rodillas.
- ¿Cómo sigue?
- Signos vitales estables, en este momento iba a la habitación para el primer chequeo del día.
Caminamos por el pasillo y cuando llegamos a la puerta los dos soldados que deje a cargo de la seguridad de mi hermana me saludan.
- ¿Novedades? – Inquiero.
- Ninguna mi General – Responde uno de ellos.
Ingresamos y mi corazón se acelera en el momento que veo el cuarto vacío.
- ¿Dónde está? – Pregunto a la enfermera.
- No lo sé, señor – Responde y todo se me congela en el cuerpo.
Me devuelvo a los dos soldados encuellando al primero que alcanzo.
- ¿Dónde está? – Grito colérico, al ver a la enfermera correr por los pasillos alertando a los guardias de seguridad y el personal médico.
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ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)
Teen FictionIsabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...