Confesiones
Mira la caja que llevo en las manos con desaprobación, se acerca a paso lento y me la quita.
- ¿Para qué lo quieres? – pregunta con voz dura
- Un regalo
- Ese regalo no es necesario Isabela – se pone unos guantes y saca el corazón dejándolo al lado del cuerpo de Bianchi, no soy capaz de articular palabra alguna. De cierta manera creo que lo he decepcionado y eso me lastima.
Toma la caja con su mano derecha y con la izquierda toma mi mano, arrastrándome fuera del lugar. Subimos al auto busca algo y saca un pequeño botiquín, toma mis manos y sana con delicadeza mis nudillos.
- Debo ir al hotel – rompo con el silencio, debo ir a recoger mis cosas.
- Mientras tu jugabas – dice mirando mi mano – Adriano fue por tus cosas, iremos directo al aeropuerto.
- Gracias
Saco mi móvil y le escribo a Ethan y respondo los mensajes de las chicas y Dante, están preocupados por mí. Les aclaro que estoy bien y que en un par de horas nos veremos.
Al llegar al Aeropuerto vamos al área privado y abordamos el Jet de Franco.
- ¿Estas molesto conmigo? – rompo el silencio, ya no puedo más con su maldita indiferencia.
- No – me mira por primera vez, pero en su mirada no hay nada.
- ¿Viste todo? – pregunto y espero que me diga No.
- Si.
- Te dije que no lo vieras... Yo no quería que vieras quien soy realmente
- ¿Lo disfrutas?
- Si – soy sincera
Él se levanta de su asiento y se sienta a mi lado, toma mi mano y la acaricia.
- ¿Recuerdas el día que te conocí? – pregunta y no sé a qué quiere llegar.
- Si
- Recuerdo claramente que ese día tuve un día de mierda, así que decidí ir a beberme unos tragos – me mira – vi una hermosa chica tomando Vodka como si fuera agua, llevaba un vestido negro – el recuerdo llega a mí y sonrió – se veía como una diosa, no parecía ser de este mundo, lo que más llamó mi atención fueron los muchos tatuajes que tenía sobre su cuerpo eso la hacía ver tan caliente pero cuando llegue a su rostro parecía un Ángel.
- Un Ángel – interrumpo y el asiente
- Si, un hermoso Ángel – sonríe – Cuando conectamos miradas, quede flechado completamente. Me acerque a ti pero me rechazaste y eso hirió mi ego – niega con la cabeza – todas las noches volvía al bar y durante días no te vi, hasta aquel día que decidiste aceptar bailar conmigo, recuerdo que parecía un crio detrás de ti – nos reímos juntos – dejaste que te conociera no sin antes advertirme que no querías nada serio y lo acepte porque yo tampoco lo quería, en fin con el tiempo me gustaste completamente pero tu como siempre me rechazaste.
- Y lo sigo haciendo – me burlo
- La cosa es que con el tiempo me di cuenta que jamás tendríamos algo más que amistad y lo acepte con dignidad, pero también sabía que me escondías algo muy grande. Y hoy me di cuenta de lo que era.
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ENTRE LUZ Y Oscuridad (CORRIGIENDO)
Ficção AdolescenteIsabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...