Isabela Rodríguez, una mujer de 26 años, coronel de la UFOEA, fue entrenada en la milicia desde los cuatro años por su padre el general William Rodríguez, quien la volvió una mujer fuerte e inquebrantable, pero como todo en la vida no puede ser colo...
- Sabía que morías por saber esa respuesta – no respondo y ella proseguí – hace unos 4 años, recibí una llamada de Aleksei me dijo que alistara una maleta con ropa para unos días y que en 15 minutos pasaría uno de sus hombres por mí y colgó, así paso llego un hombre por mí y me llevo a una casa, bajamos unas escaleras tal vez unos tres pisos.
- El hombre me dijo; "vas a cuidar a un hombre, no le hablaras para nada, debes alimentarlo para que se mantenga fuerte, curaras sus heridas y lo más importante no puedes dejar que muera". Yo solo asentí ante eso, el hombre abrió una puerta y me dejo pasar "en este momento necesito que lo cures" – Ordeno.
Entre al cuarto y me tope con un hombre tirado en el piso no lograba ver su rostro ya que me daba la espalda pero estaba lleno de sangre y solo llevaba un bóxer puesto , en el cuarto había una camilla y múltiples cosas de tortura un tarro con agua y un botiquín de emergencia , me acerque a él, estaba desmayado de tantos golpes que le propinaron , el chico me ayudo a llevarlo a la camilla y salió, busque un trapo lo moje limpie cada parte de su cuerpo, empecé a desinfectar sus heridas que eran muchas , lo cure completamente y cuando ya estaba terminando él se movió , por instinto retrocedí, cuando él pudo abrir sus ojos tenían un color marrón claro eran muy hermosos.
Mientras Fernanda hablaba sentía que mi corazón se comprimía cada vez más.
– El me observo con curiosidad pero no dijo nada y yo tampoco, salí del cuarto y un chico me mostro mi habitación, me ordeno preparar algo de comida para él hombre, así lo hice y cuando volví a entrar al cuarto el hombre estaba sentado en la camilla perdido en sus pensamientos, que no se dio cuenta de mi presencia , me acerque a él y le di el plato de comida, lo recibió y empezó a comer, así pasaron unos 3 días, lo golpeaban y yo lo curaba y lo alimentaba , pero un día el me hablo me dijo "cómo te llamas"
>> No respondí, los dos días siguientes él me preguntaba los mismo me decía que le hablara o se volvería loco, en esos días me había percatado que el cuarto no tenía cámaras así como este , así que decide responderle, empezamos a hablar de muchas cosas sin sentido, el hombre era muy buena persona , realmente no sabía cómo ese hombre había caído en manos de Aleksei, nunca le pregunte tal vez no quería saber la respuesta, el ultimo día que estuve con él me dijo que; " yo era una buena mujer, solo que no había tomado las decisiones correctas y que estaba a tiempo de cambiar mi vida" No supe responderle, ese hombre conoció en solo unos días quien realmente era yo, yo quería ayudarlo a salir de allí , pero era imposible salir de ese lugar, ese mismo día le lleve el desayuno y me fui a mi recamara , cuando le iba a llevar el almuerzo el mismo chico que me ordeno cuidarlo me dijo que alistara mis cosas, en ese momento supe que ya le había llegado la hora de partir , sabía que Aleksei lo mataría, sentí tristeza porque en esos días él se convirtió en mi amigo, pero de cierta manera me alegraba que ya partiera porque día a día lo lastimaban hasta casi matarlo – Termina, ella estaba mirando el piso mientras me contaba aquello, al alzar su mirada puedo ver unas lágrimas caer de sus ojos , pero se sorprende al ver que yo estoy peor que ella, en este momento siento que no quiero seguir viviendo, me duele el corazón y no puedo dejar de llorar.
- ¿Cómo se llamaba ese hombre? – Me sigue mirando con nostalgia y tengo miedo, mucho miedo de su respuesta, se queda en silencio unos largos minutos o segundos no lo sé, pero decide hablar.
- William Rodríguez – Mis lágrimas se multiplican, mi corazón se estruja, mi cuerpo no quiere aceptar el oxígeno que necesito, ¿Alguna vez han sentido como el mundo se les viene encima? Siento que caigo al piso sobre mis rodillas, cierro mis ojos, grito como aquel día en el que Ethan me dijo que mi padre había muerto, a mi mente llegan miles de recuerdos que pase junto a él, Cuando decía lo mucho que me amaba, cuando salíamos al parque a trotar y él me decía anciana mientras se reía de mi porque no podía estar a su nivel ,cuando me daba besos en la frente que eran tan significativos para mí, uno tras otro pasan por mi cabeza , escucho que alguien me llama , pero no quiero volver a la realidad , No , yo quiero quedarme aquí con estos recuerdos.
No se cuento tiempo pasa, pero siento mi garganta arder de tantos gritos, mis ojos arden, pero no dejan de salir las lágrimas de ellos, trato de pararme, pero mis rodillas no responden, creo que llevo mucho tiempo en esta posición.
- Él era mi Padre – le digo entre sollozos.
- Si te sirve de algo era un buen hombre – No respondo, vine aquí para obtener información de ALeksei y su hijo, no para enterarme de esto, no para descubrir quien mato a mi padre, no para obtener esta información.
Llevamos cuatro malditos años investigando quien lo mato y llega esta mujer un día y me dice lo que tanto quería saber, lo único que sabíamos es que fue torturado por la mafia, pero no exactamente que mafia si la rusa, italiana, mexicana y demás.
Ese Hijo de puta de Aleksei lo lastimo para luego matarlo, en este momento me arrepiento tanto de haberlo matado, como quisiera tenerlo aquí para torturarlo de la peor manera.
Limpio mi rostro con la bata, obligo a mi cuerpo a recobrar la fuerza, me coloco de pie y miro a Fernanda.
- Te debo una promesa Fernanda ¿dime que quieres?
- Quiero dos cosas - me quedo callada para que siga hablando – la primera saber tu nombre real y la segunda que me mates, pero no de manera dolorosa... No quiero estar en la cárcel, apenas se enteren de que estoy ahí Cuervo enviara a sus hombres a matarme.
- Era solo una cosa Fernanda, pero gracias a ti se quien mato a mi padre te concederé las dos – Me mira atenta – Mi nombre real es Isabela Rodríguez Myers – Asiente – y para la segunda te dejara escoger de qué forma deseas morir solo pídelo y lo hare – Me siento en la camilla y espero su respuesta.
- Un disparo al corazón.
Me levanto y abro la puerta de la habitación encontrándome con la mirada del guardia.
- Dame tu arma – Le extiendo mi mamo, y me entrega su arma una FIE Titan 25. Doy la vuelta y vuelvo a ingresar, me paro frente a Fernanda y coloco el cañón en su corazón.
- Gracias – le digo, a pesar de todo ella quería ayudar a mi padre y eso lo valoro mucho, ella solo asiente y cierra sus ojos.
- Hazlo Isabela - Quito el seguro del arma y disparo, algunas gotas me salpican el rostro.
Me quedo hay parada mirando su cuerpo inerte, decido quitarme la bata y con la misma limpiar mis manos y rostro, salgo sin mirar atrás, le entrego el arma al guardia y sigo mi camino, salgo de esa base y voy directo a la oficina de Ethan, me encuentro con su secretaria que me escudriña, pero no dice nada.
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