LOVE ME, harry potter

71. Reuniones y preparaciones para la batalla

Los cuatro se vieron arrastrados bajo una marea de cuerpos que querían saludarlos, abrazarlos, palmearles la espalda.

-¡Ok, Ok, cálmense! -gritó Neville, y mientras la multitud se alejaba, Dylan fue capaz de apreciar lo que
lo rodeaba. No reconocía el dormitorio. Era enorme, y parecía más bien como el interior de una particularmente suntuosa casa de árbol, o tal vez un gigantesco camarote de barco.

Hamacas multicolores colgaban del techo y de la galería que corría a lo largo de las paredes cubiertas de paneles de madera y sin ventanas, que estaban cubiertas por brillantes tapices.

Había estanterias repletas, unas pocas escobas apoyadas contra las paredes, y en una esquina una gran radio inalámbrica recubierta en madera.

-¿Dónde estamos?

-¡La Sala de Menesteres, por supuesto! -dijo Neville-. Se
supero a si misma, ¿verdad? Los Carrow me estaban persiguiendo, y sabía que tenía solo una oportunidad de encontrar un refugio: ¡Me las ingenié para encontrar la puerta y esto fue lo que encontré! Bueno, no era exactamente así cuando yo llegué, era mucho más chica, había solo una hamaca y los tapices eran todos de Gryffindor. Pero se fue expandiendo a medida que iban llegando más integrantes del ED.

-¿Y los Carrow no pueden entrar? -preguntó Harry, mirando alrededor buscando la puerta.

-No, -dijo Seamus Finnigan, a quien Harry no había reconocido hasta que habló: El rostro de Seamus estaba amoratado e hinchado-. Es un refugio apropiado, siempre y cuando uno de nosotros permanezca dentro, no pueden llegar a nosotros, la puerta no se abre. Todo gracias a Neville. Realmente entiende esta habitación. Tienes que pedir exactamente lo que necesitas… como por ejemplo, "No quiero que ningún partidario de los
Carrow sea capaz de entrar"… ¡y lo hace para ti! Solo tienes que asegurarte de ser preciso y prestar atención a los detalles. ¡Neville es genial!

Todos los demás en la sala asintieron de acuerdo. Dylan miró a su alrededor y pudo ver a ambas
mellizas Patil que estaban allí, y Terry Boot, Ernie Macmillan, Anthony Goldstein, y Michael Corner.

-No obstante, cuéntanos que has estado haciendo, -dijo Ernie-. Ha habido tantos rumores, hemos tratado de seguirte el rastro con Potterwatch. -Dijo apuntando
hacia la radio inalámbrica-. ¿No irrumpiste en Gringotts?

-¡Lo hicieron! -dijo Neville-. ¡Y lo del dragón también era cierto!

Hubo unos pocos aplausos e incluso algunos gritos; Ron
hizo una reverencia.

-¿Qué estaban buscando? -preguntó Seamus ávidamente. Nadie respondió, ya que la puerta de la sala se abrió y se cerró. Todos se giraron y miraron. Dylan jadeó cuando observó a Lucas, entrando junto a una chica.

-Lucas.

El Slytherin se giró sobresaltado y abrió los ojos cuando lo vio ahí. No dudó en acercarse, empujando a otras personas y lo abrazó con fuerza cuando lo tuvo frente a él.

-No puedo creer que estés aquí -dijo Lucas mirándolo con sorpresa y alivio- maldito idiota. ¿Sabes el miedo que he tenido que te encontraran? ¿O a nuestros padres?

Dylan sonrió sorprendido, al notar la frase de "nuestros padres".

-¿Qué tal estás? ¿Completo? ¿Cuerdo? -inquirió Dylan, casi burlonamente pero genuinamente preocupado. Apenas había notado como Lucas había crecido en todo ese año, que casi alcanzaba su altura, y el cambio en su voz.

-Estoy bien. El apellido Avery me hace casi inmune -dijo con una mueca- piensan que estoy de su lado. Los odio. Ellos mataron a mis padres.

-Lo sé -lo calmó Dylan- siempre puedes cambiarte el apellido, eh.