LOVE ME, harry potter

56. Tensiones y despedida

Las cosas estaban más tensas de lo que habían estado desde que terminó el sexto año de Dylan.

El castaño, teniendo en claro lo que se avecinaba y lo que tendría que hacer, estaba terriblemente asustado. Si él estaba así, no quería imaginarse cómo estaba su nov.. Harry.

Semanas atrás había discutido fuertemente con sus padres. Les había contado que ese año no volvería a Hogwarts, y que él, Harry, Hermione y Ron tenían cosas que hacer. Ambos se habían negado, claro, a lo que le siguió una fuerte discusión y con Dylan encerrándose en su habitación el resto del día. Por más que se lo impidieran, él ya era mayor de edad y acompañaría a Harry, costara lo que costara.

Así que los siguientes días se limitó a pasarlos junto a Lucas, quien al parecer había escuchado el inmenso alboroto que habían armado y se limitaba a hablar con él de cualquier tema, evitando ese precisamente. Jugaban con la consola del menor, o veían televsión, la mayoría de las veces en un cómodo silencio. Cuando sus padres llegaban por la tarde, todo volvía a estar terriblemente tenso y eso hacía sentir mal a Dylan.

Jamás había discutido con ellos de esa manera, y se sentía terriblemente culpable, pero él no renunciaría a Harry, dijeran lo que dijeran.

-Deberías de tratar de arreglar las cosas con ellos -comentó Lucas una mañana en la que estaban desayunando y veían el televisor. Dylan desganado jugaba con el tenedor, removiendo los trozos de tocino.

-¿Crees que puedan perdonarme? -musitó.

-No hiciste nada malo -siguió Lucas sin verlo- tu sólo les avisaste lo que harías, ¿no es así? Ellos no ven a un adulto aún, supongo que todavía te ven como ese niño de seis años que buscaba cariño.

Dylan apretó fuertemente sus ojos.

-Están asustados -siguió el Slytherin esta vez mirándolo- por que te aman, y no quieren que salgas herido. Pero estamos en guerra, y eso es imposible, y todos lo sabemos.

Dylan se encontró sonriendo levememte ante las palabras de Lucas. A pesar de que el Slytherin no era muy fanático de los abrazos o muestras de cariño en general, Dylan sabía que él los apreciaba. Y era muy inteligente, y sus palabras confortaron a Dylan.

Así que, con el apoyo silencioso de Lucas y determinado a arreglar aquello antes de que tuviera que irse, esa misma tarde bajó de su habitación directo a la sala de estar para hablar con ellos. Ambos veían el televisor, tomados de las manos. Se paró al lado del sofá y carraspeó.

-¿Papá?

Ambos se giraron. Dylan tragó nerviosamente.

-¿Podemos.. hablar?

Alexander y Edward asintieron y el primero apagó el televisor. Hicieron un espacio en medio de ellos, y Dylan no pudo evitar sonreír. Cuando era niño, siempre se sentaba en medio de ellos. Lo hacían sentir protegido.

Tomó asiento y suspiró, sin saber cómo comenzar. Recostó su mejilla en el hombro de su papá Edward y sintió como su papá Alexander acariciaba su cabello, y aquello lo remontó a una escena, unos diez años en el pasado, en la misma situación. Sólo faltaba su peluche Jack, para que todo fuera igual.

-Lo siento mucho -susurró. Los tres se quedaron en silencio, sólo escuchando el sonido de algunos perros ladrar y el cascabel de White en el piso superior- por lo del otro día.

-Nosotros también lo sentimos -dijo Edward suspirando-. Mucho.

-Es mi culpa..

-No es tu culpa -lo cortó Alexander. Dylan permaneció en silencio y con la mirada en la ventana- tú solo.. estás creciendo. Y.. no es fácil para nosotros.