51. Ron y los calderos

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Al día siguiente, Harry contaba a Dylan, Hermione y Ron lo que había sucedido en su clase con Dumbledore y la misión que le había asignado: conseguir un recuerdo de Slughorn.

Ron opinó que Harry no iba a tener ningún problema con Slughorn.

-Te adora -le dijo a Harry-. ¿No ves que no te negaría nada? ¡Si eres su pequeño príncipe de las pociones! Sólo tienes que quedarte después de la clase y preguntárselo.

En cambio, la visión de Hermione era un poco más pesimista.

-Si Dumbledore no pudo sonsacárselo, es que quiere ocultar a toda costa lo que ocurrió -dijo en voz baja mientras los cuatro se hallaban en el patio, vacío y nevado, a la hora del recreo-. Horrocruxes… Horrocruxes… Nunca he oído mencionarlos…

La castaña se había calmado de lo sucedido la noche anterior. Había dormido con Dylan y ahora siempre estaba rodeada por alguno de los tres, en caso de que alguien se atreviera a acercarse. Bien, los tres saben que es perfectamente capaz de defenderse sola, pero aún así se sentían más tranquilos si alguno de los tres la acompañaba.

-No suena muy bonito -apuntó Dylan tomado de la mano de Harry, aunque ambos trajeran guantes.

-Deben de ser magia oscura muy avanzada. Si no, ¿por qué se habría interesado Voldemort por ellos? Me parece que va a ser difícil obtener esa información, Harry; tendrás que pensar muy bien cómo abordas a Slughorn, preparar una estrategia…

-Improvisando te va mejor -opinó Dylan- pero no te pases de idiota.

-Ah, gracias -dijo Harry sarcásticamente.

Las clases de pociones iban tan normales como se podía. Era agradable tener el fuego encendido por los fríos días que era estar abajo en las mazmorras.

-¡Callados, por favor, callados! ¡Deprisa, esta tarde tenemos mucho trabajo! Tercera Ley de Golpalott… ¿Quién la sabe? ¡La señorita Granger, cómo no!

-La Tercera Ley de Golpalott establece que el antídoto para un veneno confeccionado con diversos componentes es igual a algo más que la suma de los antídotos de cada uno de sus diversos componentes -recitó Hermione.

-¡Exacto! -exclamó Slughorn, eufórico-. ¡Diez puntos para Gryffindor! Pues bien, si damos por válida esa ley…

Dylan parpadeó algo aturdido ante aquella frase que no había entendido para nada.

-…lo cual significa, como es evidente, que suponiendo que hayamos conseguido identificar correctamente los ingredientes de la poción mediante el revela hechizos de Scarpin, nuestro principal objetivo no es seleccionar los antídotos de cada uno de esos ingredientes (tarea relativamente sencilla), sino encontrar un componente adicional que, mediante un proceso casi alquímico, transforme esos elementos dispares…

Dylan apuntaba en su pergamino lo más que podía, pero Slughorn estaba hablando demasiado rápido.

-… así pues -terminó Slughorn-, quiero que cada uno de ustedess se levante y tome una de estas ampollas de mi mesa. Tienen que preparar un antídoto del veneno que contienen antes de que termine la clase. ¡Buena suerte, y no olviden poneros los guantes protectores!

Dylan trabajaba algo aturdido en su veneno. No había entendido mucho acerca de cómo contrarrestarlo pero supuso que colocando cada ingrediente y su cantidad exacta para revertirlo, podría encontrar algo.

Utilizó el hechizo que Slughron había mencionado al principio y trató de separar e identificar los ingredientes que tenía. No sirvió de mucho, Dylan creía que algunos estaban tan bien diluidos que simplemente no aparecerían por ese medio, y él no tenía idea de como separarlo por otro medio no riesgoso.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora