44. No hace falta que me llame señor, profesor

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Al día siguiente, Harry, Dylan y Ron se encontraron con Hermione en la sala común antes del desayuno. Con la esperanza de ganar apoyo para su teoría, Harry se apresuró a contarles lo que Malfoy había dicho en el expreso de Hogwarts.

-Es evidente que presumía delante de Parkinson, ¿no? -terció Ron antes de que ella pudiera opinar.

-Bueno -vaciló Hermione-, no sé… Es muy propio de Malfoy aparentar más de lo que es. Pero eso es una mentira muy gorda…

-Exacto -convino Harry, aunque no insistió porque había demasiada gente que intentaba escuchar su conversación o simplemente lo observaba y cuchicheaba con los demás.

-¿Nunca te han dicho que señalar con el dedo es de mala educación? -le espetó Ron a un alumno bajito de quinto cuando los tres amigos se pusieron en la cola para salir por el hueco del retrato.

-Creo que Ron estuvo esperando todos estos años para hacer eso -dijo Dylan a Harry por lo bajo haciendo a este reír.

El chico, que estaba murmurándole algo a un amigo, se ruborizó y, con el susto, tropezó y se cayó por el hueco. Dylan apretó los labios para no reír.

-Me encanta ser alumno de sexto. Además, este año tendremos un montón de tiempo libre, horas enteras sin clases que podremos pasar aquí sentados, descansando.

-Necesitaremos ese tiempo para estudiar, Ron -le recordó Hermione mientras echaban a andar por el pasillo.

-Ya, pero hoy no. Lo de hoy va a ser pan comido.

-¡Espera! -saltó Hermione, y le interceptó el paso a un alumno de cuarto que llevaba un disco verde lima en la mano-. Los discos voladores con colmillos están
prohibidos, dámelo ahora mismo -le ordenó con autoridad.

El chico puso mala cara pero le entregó el disco, que no paraba de gruñir. Luego se coló por debajo del brazo estirado de Hermione y echó a correr detrás de sus amigos. Una vez se hubo perdido de vista, Ron le arrebató el disco a Hermione y
dijo:

-¡Qué bien! Siempre quise tener uno de éstos.

Las protestas de ella quedaron ahogadas por una fuerte risa: al parecer, Lavender Brown encontraba divertidísimo el comentario de Ron. Siguió riendo mientras los adelantaba y volvió varias veces la cabeza para mirar a Ron. Este frunció el ceño, descolocado.

-¿Qué acaso no sabe que eres tan gay como yo? -preguntó Dylan divertido.

-Claro que lo sabe -intervino Hermione rodando los ojos- sólo que Lavender cree que Ron está confundido y que volverá a ser heterosexual.

-Suerte con eso -murmuró el pelirrojo.

El techo del Gran Comedor mostraba un cielo sereno y azul surcado de algunas tenues y frágiles nubes, igual que los trozos de cielo que se veían por las altas ventanas con parteluces.

Después de desayunar, se quedaron sentados en el banco esperando que la profesora McGonagall abandonara la mesa de los profesores. Ese año la distribución de los horarios era más complicada de lo habitual, porque previamente la profesora tenía que confirmar que todo el mundo había obtenido las notas necesarias en los TIMOS para continuar con los ÉXTASIS elegidos.
Hermione recibió autorización para continuar estudiando Encantamientos, Defensa Contra las Artes Oscuras, Transformaciones, Herbología, Aritmancia, Runas Antiguas y Pociones, y sin más preámbulos salió disparada hacia su primera clase de Runas Antiguas.

-Tengo sueño, Harry -murmuró Dylan dejando caer su cabeza en el hombro de su novio.

-Cierra los ojos mientras tanto, entonces -dijo Harry besando su mejilla y dejando que se recargara en él.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora