6. ¿Harry se está dando cuenta?

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-Que clase de mierda -murmuró Dylan al salir del aula de Defensa Contra las Artes Oscuras. Esa tarde había sido su primera clase, bastante intensa a decir verdad. Moody había realizado las tres maldiciones imperdonables frente a ellos, la última justo en la cara de Harry, como para remarcarle el cómo habían muerto sus padres.

La mayoría comentaba cosas
sobre las maldiciones en un tono de respeto y temor.

-¿Vieron cómo se retorcía?

-Y cuando la mató... ¡simplemente así!

Al parecer Hermione pensaba igual que él, con el ceño fruncido y tomando a Harry de la mano.

-¡Vaya clase!, ¿eh? -comentó Ron, mientras emprendían el camino
hacia el Gran Comedor-. Fred y George tenían razón. Este Moody sabe de qué va la cosa, ¿a que sí? Cuando hizo la maldición Avada Kedavra, ¿te fijaste en cómo murió la araña, cómo estiró la pata?

Dylan seguía molesto con Ron por las palabras del otro día, por lo que no respondió y se colocó al otro lado de Harry. El pelirrojo enmudeció ante la mirada de Hermione y siguieron su camino en silencio.

Después de cenar, Hermione se volvió a perder por la biblioteca, dejando a Dylan con ambos chicos, quienes debían hacer sus deberes de adivinación. Como Dylan no tenía deberes, agarró el walkman que Hermione le había prestado y se tumbó en el sofá con White en su regazo.

Había pasado alrededor de una hora, con la música reproduciéndose. Dylan se había quedado dormido en el sofá, y White se había ido a buscar mimos de Harry, quien estaba más concentrado en acariciarla que en su tarea.

-No tengo ni idea de qué significa todo esto -declaró, observando una larga lista de cálculos.

-¿Sabes qué? -dijo Ron, que tenía el pelo de punta a causa de todas las veces que se había pasado los dedos por él llevado por la desesperación-. Creo que tendríamos que usar el método alternativo de Adivinación.

-¿Qué quieres decir? ¿Que nos lo inventemos?

-Claro -contestó Ron, que barrió de la mesa el batiburrillo de cuentas y apuntes, mojó la pluma en tinta y comenzó a escribir-. El próximo lunes -dijo, mientras escribía- es probable que me acatarre debido a la negativa influencia de la conjunción de Marte y Júpiter. -Levantó la vista hacia Harry-. Ya la conoces: pon unas cuantas desgracias y le gustará.

-Bien -asintió Harry, estrujando su primer borrador del trabajo y tirándolo al fuego por encima de la cabeza de Dylan. Lo miró y deseó él también poder estar durmiendo-. Vale. El lunes tendré riesgo de... resultar quemado.

-La verdad es que sí -dijo Ron con una risita-, porque el próximo lunes volveremos a ver los escregutos. Bien, el martes yo...

-Puedes perder tu más preciada posesión -propuso Harry, echando un vistazo a Disipar las nieblas del futuro en busca de ideas.

-Muy bien. Será a causa de... eh... Mercurio. ¿Qué te parece si a ti alguien que pensabas que era amigo tuyo te apuñala por la espalda?

-Sí, eso me gusta -dijo Harry, tomando nota-. Y ocurrirá porque... Venus estará en la duodécima casa celeste.

-Y el miércoles creo que me irá muy mal en una pelea.

-¡Eh, me lo has quitado! Bueno, no pasa nada: puedo perder una apuesta.

-Sí, puedes apostar a que yo gano la pelea.

Continuaron inventando predicciones (que iban aumentando en gravedad) durante otra hora, mientras se iba vaciando la sala común conforme la gente se iba a dormir. White se había quedado dormida sobre Harry y Dylan seguía dormido cómodamente. Alrededor de diez minutos después, el hueco del retrato se abrió, mostrando a Hermione con una caja en mano.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora