LOVE ME, harry potter

8. James

-Harry Potter.

A Dylan literalmente se le movió el piso y Hermione tuvo que sostenerlo. Miró en dirección a su mejor amigo, que tenía una mueca de susto tan graciosa, pero que en ese momento no era adecuado reírse. Todos en el Gran Comedor lo miraban.

-¡Harry Potter! -llamó-. ¡Harry ¡Levántate y ven aquí, por favor!

Dylan le puso una mano en la espalda y lo empujó levemente para que se levantara. El azabache se puso de pie torpemente y se pisó el dobladillo de la túnica, trastabillando. Cuando llevaba unos tres pasos, se giró en dirección a Dylan, suplicándole con la mirada. El castaño le hizo una seña, advirtiéndole que tenía que seguir hasta donde estaba Dumbledore. Harry desvió la mirada y avanzó a pasos lentos hasta la mesa de profesores.

Mientras más caminaba, los murmullos se escuchaban más fuertes.

-Bueno... cruza la puerta, Harry -dijo Dumbledore, sin sonreír, una vez que el azabache llegó a su lado. Harry les dio una mirada de reojo y siguió caminando hasta que se perdió de vista al cruzar por una puerta, y en ese momento las voces se dispararon.

-Ay por Merlín -musitó Dylan.

-¡Silencio! -gritó Dumbledore al ver el alboroto. Todos se callaron al instante mirando hacia la mesa de los profesores- les ruego que se dirijan a sus dormitorios. Tengan buenas noches.

Todos en el Gran Comedor se levantaron y los murmullos regresaron más fuertes que antes. Dylan no se había atrevido a moverse.

-Dylan, vamos. Tenemos que ir a la Sala Común -le habló Hermione suavemente. El castaño la miró.

-Quiero esperar a Harry, Mione.

Hermione suspiró al ver que no se movería y se sentó a su lado.

-Harry no se merece esto -susurró la gryffindor. Dylan no respondió, pero en su interior, pensaba igual. Era una mierda ser condenado a algo por lo que no tenía la culpa.

-Ron no estaba muy feliz -musitó Hermione. Dylan le dio una mirada interrogante- ¿no lo escuchaste?

Negó.

-Empezó a decir estupideces que no pienso repetir. ¡Cree que Harry metió su nombre en el estúpido cáliz!

-Ron es estúpido por naturaleza -respondió Dylan sin mirarla, vigilando la puerta por donde Harry se había ido. Nada más eso les faltaba, que Ron piense que Harry sólo quería llamar la atención, cuando el pelirrojo lo conoce mejor que eso.

No supieron cuánto tiempo pasó, sólo que Hermione estaba quedándose dormida contra su hombro. Dylan había comenzado a contar las velas que adornaban el gran comedor. Llevaba alrededor de setenta cuando el ruido de una puerta abriéndose los alertó y Hermione dio un respingo.

El azabache caminaba con la cabeza agachada y desganado, seguido de Cedric Diggory. Hermione y él se levantaron de un salto y caminaron rápidamente a donde se encontraban.

Harry levantó la cabeza al escuchar los pasos y suspiró al verlos.

-¿Qué tan mal estás? -le susurró Dylan. Harry se encogió de hombros y le dio un vistazo de reojo al Hufflepuff.

-Vayamos a la Sala Común -propuso Hermione.

-Nos vemos, Potter -saludó Diggory y se marchó directo hacia el sótano donde se encontraba la sala de Hufflepuff.

-¿Quieres dar una vuelta antes de ir al dormitorio? -propuso Dylan y le lanzó una mirada a Hermione, articulando "Ron" con sus labios. La castaña asintió y arrastraron a Harry hasta la torre de astronomía.