LOVE ME, harry potter

57. Hasta en una poción eres lindo

-¿Estás listo?

Dylan se giró para mirar a Hermione recargada en el marco de la puerta de su habitación, y asintió. Se volvió nuevamente a ver el cuarto en el que había vivido desde que tenía seis años, y esperaba con todo su corazón, poder volver a pisarlo algún día.

La cama estaba tendida, su armario vacío, también sus estanterías. El baúl de Hogwarts estaba bajo la ventana y la cama de White al lado de la de él. Suspiró. No volvería después de aquella noche. Iría a la Madriguera para estar presente en la boda de Bill y Fleur y después de ahí, no sabía a dónde irían, pero su casa no era una opción.

-Volveremos.

La voz de Hermione lo reconfortó un poco, pero no lo suficiente. Era muy difícil separarse de su lugar seguro, aquel donde las pesadillas sobre el orfanato habían terminado, donde se sentía amado.

-Lo sé.

Con su mochila sobre el hombro, se giró y caminó hasta Hermione, quien cerró aquella puerta por él. Ambos bajaron las escaleras lentamente, y Dylan pudo observar como las cosas de Lucas estaban junto a la puerta principal. James seguía meditabundo en un sofá.

Sus padres estaban junto a Lucas. Se vieron incómodos uno a los otros. El Slytherin resopló y dejando a un lado su baúl, se acercó a Dylan y lo rodeó en un abrazo. Este exhaló y lo apretó contra sí. El Gryffindor quería hacer el primer movimiento, pero no estaba seguro si Lucas se sentiría cómodo con aquello. No era para nada de muestras de afecto, eso estaba claro, pero se sorprendió bastante con esto.

-Vas a volver.

No era pregunta, era una afirmación. Uns que hizo que a Dylan le costara tragar.

-Haremos todo lo posible por volver.

Lucas finalmente se separó de él y asintió. Para sorpresa de todos, abrazó a Hermione también, quien conmovida le devolvió el abrazo. El adolescente era casi tan alto como la chica.

Dylan observó que más allá, sus padres tenían su propio momento de despedida. Su papá Alexander acompañaría a Lucas al punto de reunión, donde se encontrarían con un amigo del Slytherin, en donde pasaría el resto del verano antes de entrar a Hogwarts. Su papá Edward, iría con él a Privet Drive y después, a la Madriguera.

James, a pesar de verse abatido y sin ganas de nada, también abrazó al Slytherin, revolviendo su cabello.

-Dylan.

Hermione tomó la mochila que colgaba del hombro del Gryffindor, y así se acercó a sus padres, y se abrazaron los tres. Dylan ahora era tan alto como ellos.

-Cuídense mucho -susurró Alexander- cuiden de Harry, de todos. Los veré en la Madriguera más tarde.

-Lo haremos -prometió Dylan a su padre- cuídense ustedes también.

Alexander dejó un beso en su cabello, algo que con el paso del tiempo había dejado de hacer, pensando que eso incomodaría a Dylan, pero sólo le traía recuerdos de lo feliz que estaba cuando lo adoptaron.

Los tres se separaron y Dylan se alejó de sus padres, acercándose a Lucas. Hermione y James también se despedían a su manera, por que todos estaban conscientes, de que no sabían lo que podría pasar en un par de horas.

-Es tiempo de irnos.

Todos asintieron. James abrazó a Hermione una última vez fuertemente, diciéndole que la vería en un par de horas. Luego, les sonrió a todos, aunque pareció más una mueca, para después tomar sus cosas y desaparecer por la chimenea entre llamaradas verdes.