4. Hoggy Warty Hogwarts

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El tren se movía hacia el norte y abandonaba la estación nueve y tres cuartos en Kings Cross. Dylan, Harry y Hermione saludaban por la ventana, diciendo adiós a los Weasley y a los padres de Dylan.

-¿Porqué no nos cuentan lo que sucederá en Hogwarts? -mumuró Ron molesto.

-Supongo que quieren que sea una sorpresa -dijo Hermione dejando salir a Crookshanks. White maulló desde el regazo de Harry moviendo la cola.

-Bagman nos lo pudo haber dicho en los mundiales -siguió Ron.

-¡Shh! -dijo Hermione, haciendo una seña para que escuchen.

Los cuatro aguzaron el oído y, a través de la puerta entreabierta, oyeron una voz familiar que arrastraba las palabras.

-... Mi padre pensó en enviarme a Durmstrang antes que a Hogwarts. Conoce al director. Bueno, ya saben lo que piensa de Dumbledore: a ése le gustan demasiado los sangre sucia... En cambio, en el Instituto Durmstrang no admiten a ese tipo de chusma. Pero a mi madre no le gustaba la idea de que yo fuera al colegio tan lejos. Mi padre dice que en Durmstrang tienen una actitud mucho más sensata que en Hogwarts con respecto a las Artes Oscuras. Los alumnos de Durmstrang las aprenden de verdad: no tienen únicamente esa porquería de defensa contra ellas que tenemos nosotros...

Hermione se levantó, fue de puntillas hasta la puerta del compartimiento y la cerró para no dejar pasar la voz de Malfoy.

-Así que piensa que Durmstrang le hubiera venido mejor, ¿no? -dijo
irritada-. Me gustaría que lo hubieran llevado allí. De esa forma no tendríamos que aguantarlo.

-¿Durmstrang es otra escuela de magia? -preguntó Harry.

-Sí. Dicen que se enfocan mucho en las artes oscuras -explicó Hermione.

-Creo que he oído algo sobre ella -comentó Ron pensativamente-. ¿Dónde está? ¿En qué país?

-Bueno, nadie lo sabe -repuso Hermione, levantando las cejas.

-Eh... ¿por qué no? -se extrañó Harry.

-Hay una rivalidad tradicional entre todas las escuelas de magia. A las de Durmstrang y Beauxbatons les gusta ocultar su paradero para que nadie les pueda robar los secretos -explicó Hermione con naturalidad.

-¡Vamos! ¡No digas tonterías! -exclamó Ron, riéndose-. Durmstrang tiene que tener el mismo tamaño que Hogwarts. ¿Cómo van a esconder un castillo enorme?

-¡Pero si también Hogwarts está oculto! -dijo Hermione, sorprendida-. Eso lo sabe todo el mundo. Bueno, todo el mundo que ha leído Historia de Hogwarts.

-Sólo tú y Dylan -apuntó Ron.

-Deberían leerlo, es interesante -opinó él.

-Tal vez lo haga -aceptó Harry haciéndole mimos a White. La gata ronroneaba y se pegaba más a Harry.

La lluvia se hacía aún más y más intensa conforme el tren avanzaba hacia el norte. El cielo estaba tan oscuro y las ventanillas tan empañadas que hacia el mediodía ya habían encendido las luces. El carrito de la comida llegó traqueteando por el pasillo, y Harry compró un montón de pasteles en forma de caldero para compartirlos con los demás. Varios de sus amigos pasaron a verlos a lo largo de la tarde, incluidos Seamus Finnigan, Dean Thomas y Neville Longbottom. Seamus aún llevaba la escarapela del equipo de Irlanda. Parecía que iba perdiendo su magia poco a poco, y, aunque todavía gritaba «¡Troy!, ¡Mullet!, ¡Moran!», lo hacía de forma muy débil y como fatigada.

Dylan escuchaba a Ron relatarles lo sucedido desde su punto de vista. Hermione había sacado su Walkman, encantado para que pudiera funcionar en Hogwarts. Se los prestó a Harry y Dylan, quienes compartían los auriculares.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora