66. La espada y la casa de los Lovegood

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Dylan suspiró mientras revolvía el desayuno.

Consistía en un par de hongos fritos, un vaso de agua y unas pocas frutas silvestres que Ron había traído para ellos el día anterior. El pelirrojo estaba dormido, después de la guardia del día anterior. Hermione estaba leyendo un libro acurrucada junto a Ron, y Harry estaba vigilando el exterior de la tienda. Dylan se había ofrecido a hacer el desayuno ese día, puesto que quería ocuparse en algo, además de que si seguía en movimiento, se iba librando un poco del frío.

Sirvió los pocos hongos en unos platos, rellenó los vasos con agua y colocó unas pocas bayas en los platos. Suspiró. Mirando a Hermione de reojo, tomó sus bayas y las repartió en los platos de los demás.

-Mione -dijo Dylan mientras caminaba hacia la entrada de la tienda- está listo el desayuno.

Hermione asintió y le sonrió, mientras se desenredaba de Ron y se levantaba. Dylan salió y se estremeció con el frío del exterior. Vio a Harry sentado en un tronco seco, con su varita entre sus dedos. Él le había prestado la suya ya que la de Harry estaba rota.

-Amor -llamó Dylan. Harry lo miró- el desayuno está listo.

Le extendió su mano y Harry la tomó, usándola como impulso para levantarse. Estaba helada, por lo que la tomó con ambas suyas para darle calor. Se adentraron en la tienda y pudieron ver a Hermione y un adormilado Ron sentados en la mesa de la cocina, comiendo de los hongos que Dylan había preparado.

Ambos se sentaron frente a Ron y Hermione, y Dylan rodeó a Harry con su brazo. El azabache suspiró y se acurrucó en su costado, mientras comía de una baya.

-Chicos, quería hablarles de esto -dijo Hermione. De su regazo levantó el libro que había estado leyendo y lo puso en la mesa. Vida y mentiras de Albus Dumbledore.

-¿Dónde lo conseguiste? -preguntó Ron.

-Estaba en la sala de estar de Bathilda, allí tirado...Esta nota sobresalía dentro de él.

Hermione leyó las pocas líneas de escritura puntiaguda, verde-ácido en voz alta.

-"Querida Batty, gracias por la ayuda. Aquí está la copia del libro, espero que te guste. Lo contaste todo, incluso si no lo recuerdas. Rita." Creo que debe haber llegado mientras la verdadera Bathidla estaba viva, pero ¿quizás no estaba en condiciones de leerlo?

-No, probablemente no lo estaba -murmuró Harry.

Hermione tomó el libro y lo ojeó rápidamente antes de mostrarles una página. Un joven Dumbledore y su apuesto compañero, rugiendo de risa por alguna broma largamente olvidada. En el pie de página se mencionaba:

Albus Dumblemore, poco después de la muerte de su madre, con su amigo Gellert Grindelwald.

Harry jadeó. Le quitó el libro a Hermione y comenzó a leer, frenético. Cada poco, su rostro iba decayendo cada vez más, y Dylan se estaba preocupando. Hermione le había contado un poco de lo que trataba el libro, y en estos momentos no le tenía un buen aprecio a Dumbledore como para ponerse a investigar de su vida.

-Harry... Escúchame. Esto... no es una lectura muy agradable...

-Sí, podrías decirlo así...

-...pero no lo olvides. Harry, que esto está escrito por Rita Skeeter.

-Leiste esa carta a Grindelwald, ¿verdad?

-Sí... lo hice -Vaciló, parecía molesta, acunando su té en las frías manos-. Creo que ese fue el peor trozo. Sé que Bathilda pensaba que solo era charla, pero "Por el Bien Mayor" se convirtió en el lema de Grindelwald, su justificación para todas las atrocidades que cometió más tarde. Y... desde que... esto hace que parezca que Dumblemore le dio la idea. Dicen que "Por El Bien Mayor” incluso fue tallado sobre la entrada de Nurmengard.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora