59. La boda y la huida

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-Dylan, ¿podrías ayudarme?

El castaño se giró y vio como Harry estaba frente al espejo, con el ceño fruncido y tratando de atarse el moño correctamente, cosa que no estaba logrando. Dylan rió y se acercó a él, quitando el horrible nudo que el ojiverde había hecho.

Ese día sería la boda, en un par de horas debían estar en el jardin para recibir a los invitados, por lo que debían estar presentables. Dylan estaba casi listo, después de haberse puesto su túnica, y ahora mismo estaba con el moño de Harry entre sus dedos intentando atarlo.

-Vi que intentabas ponerte gomina -murmuró Harry alzando el rostro, permitiendo que Dylan tuviera espacio para que pudiera atar el maldito moño que solo le había dado problemas. Alzó una mano y la pasó por los rizos castaños- deberías dejarlo así.

Dylan sonrió y con un último nudo, por fin el moño quedó en su lugar, por lo que le alisó el cuello de la camisa.

-¿No se ve muy desordenado?

-No, se ve lindo.

Dylan sonrió y con la mano que estaba en su cuello, la pasó hacia la nuca de Harry, acariciando con su pulgar.

-Tú también te ves lindo.

Harry encontró sus ojos, y le sonrió, haciendo que los verdes de Harry brillaran tras las gafas.

-Tan lindo que tengo muchas ganas de besarte -murmuró Dylan. No sabían en qué momento habían acercado tanto sus rostros, pero ahora sus narices rozaban y sus frentes estaban unidas. Harry lo miró intensamente.

-¿Y qué te detiene?

Eso fue suficiente. Dylan se inclinó y unió sus labios con los de Harry y ambos suspiraron. Habían pasado tanto tiempo sin besarse, y hasta ese momento se dieron cuenta lo mucho que habían extrañado hacerlo.

Dylan rodeó a Harry con sus brazos y lo acercó a su cuerpo. Harry rodeó su cuello con sus brazos e inclinó su cabeza hacia atrás. Se abrieron paso en un beso que ambos habían necesitado desde mucho tiempo atrás. Harry fue quien comenzó a profundizar el beso arrancándole un jadeo a Dylan, permitiéndole el acceso. Sus lenguas juguetearon, roces, mordidas. Si Dylan no tuviera ocupada su boca ahora mismo, sonreiría como estúpido.

Cuando el aire comenzó a faltarles, se separaron lentamente, jadeando en busca de recuperar el aire perdido, con el aliento del otro sobre sus labios. Harry dejó un pequeño beso en los labios del más alto, quien sonrió.

-Eres un estúpido.

-Lo sé.

Ambos se sonrieron. Unos toques en la puerta los sacaron de su mundo.

-¿Están ahí, chicos?

-¡Pasa, Mione!

Hermione abrió la puerta y ambos se giraron a verla. Llevaba un vestido lila, con tacones y su cabello con suaves rizos.

-¿Podrían ayudarme? Estúpido cierre -masculló Hermione cuando Harry con una risa se acercó a ayudarle- intenté con un hechizo, pero no funcionó. Ginny no estaba ahí, la señora Weasley la está ayudando con su vestido.

-Te ves muy linda -dijo Dylan tomando su mano y haciéndola dar una vuelta.

-Gracias. Ustedes se ven muy bien -dijo Hermione sonriéndoles- ¡esperen! Ya vengo.

Hermione salió apresuradamente de la habitación dejando confundidos a los chicos. No pasó mucho tiempo, cuando volvió con una cámara en manos.

-¿Puedo tomarles una foto? ¿Sí? -pidió. Ambo se se encogieron de hombros y dejaron ser feliz a Hermione, quien emocionada les tomó varias fotos y luego pidió que quería una con ellos. Con un hechizo, hizo levitar la cámara, con temporizador. Harry y Dylan la abrazaron y cuando la foto estaba a punto de ser tomada, ambos besaron sus mejillas.

LOVE ME, harry potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora