Narra Zdenka:
Suena el tono dos veces y luego se queda en silencio, observo la pantalla, la llamada ya ha sido contestada
—¿Bueno?—Nadie me responde—¿Aló?—El silencio me pone ansiosa...
—Hola—Una voz femenina y risueña contesta, no sé qué decir porque para empezar, ignoro su nombre.
—Hola...—Pauso, veo a Hyungwon sentado, esperando frente a la barra que le cambien su pastel de chocolate por un brownie y viendo su celular
—Hola ¿Con quién quieres hablar? ¿Quién eres?—Sus tonos son demasiado amables
—Mi nombre....—Carraspeo—Soy Zdenka, hace tiempo alguien que las conocía me habló de su coven.
Improviso recordando algunos términos de las Wiccas que leí en internet, pero luego recuerdo que son recelosas con la confidencialidad...
—¿Disculpa? Creo que tienes el número equivocado— su tono es el de alguien serio
—No, estoy segura que no, Suzane me dio tu número...
—Número equivocado
—Espera, por favor no me cuelg...
—Aguarda ¿Dijiste Suzane?
—Sí ¿La conocías, verdad?
—Claro. Pero... —Suspira—¿Ella no murió?
—Sí, fue por la Bestia...
—¿Y por qué estás llamándome exactamente?
—Recordé que una vez Suzane me dijo lo reconfortada que se sentía con ustedes...
—No te creo ¿Por qué estás mintiendo?—Acusa severamente y me deja sin palabras, ante todo esto, lo único que se me ocurre decir, es la verdad
—Tienes razón, mentí, no en que era amiga de Suzane, seré honesta, hay indicios de que algunas de las víctimas eran wiccas, por eso te llamé, creo que podrías ayudar... hace unos días encontré tu número entre sus pertenencias...
— ¿Y en qué crees que pueda ayudar?
— Contándome cosas sobre ella...
— No sé tanto como crees
— De todas formas, agradecería que te tomes tu tiempo para charlar con nosotros.
— ¿Tu y quienes más?
— Un amigo que está ayudandome
— ¿Eres policía?
—De ser policía hubiera buscado tus datos en los archivos de la policía y hubiera llegado directamente a tu casa para interrogarte... te digo la verdad, sólo era amiga de Suzane... Por favor...
Hay un momento de silencio, Hyungwon regresa con su brownie en las manos, parece un niño con un dulce. Me mira con cara de interrogación.
—Está bien ¿Puedes venir a mi casa ahora mismo?
—Claro, cuál es tu dirección?—La anoto en la vieja libreta de Suzane con un boligrafo que apenas pinta—Estaremos ahí en veinte o treinta minutos ¿Está bien?
—Me parece bueno, los espero.
Chae no quita la mirada de su enorme brownie, después cierra los ojos mientras tiene los cachetes llenos, nunca había visto a alguien disfrutar tanto la comida, segundos después se da cuenta de que lo estoy mirando, se apena y sonrio.
—Me dio su dirección ¿Vamos?
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Niebla
RomanceUna noche de septiembre del 2045, la soledad se siente espesa, tanto como la niebla que cubre la ciudad de forma permanente. Zdenka, a sus 25 años, ha empezado a mostrarle cara a la vida adulta y puede decir con seguridad que es mucho más difícil de...