Suzane está furibunda, no dice una sola palabra en todo el recorrido, ni siquiera opina cuando el conductor se ve forzado a avanzar por tierra, ya que la niebla del cielo se ha vuelto cada vez más espesa.
Zdenka se encuentra sentada en medio, pero ninguna de sus amigas parece querer hablar del motivo que las llevó a salir intempestivamente del bar; frunce el ceño tratando de analizar qué pudo haber sucedido... pero se pone tan nerviosa por el silencio que no puede contener la risa, ya que imagina todo lo vivido esa noche como el episodio de una serie de comedia, una cuya edición primero muestra la escena en la que todos se divierten y ríen e inmediatamente con un corte brusco, los personajes (ellas) se hallan al interior del auto, una con el maquillaje un poco corrido más una cara de enfado, otra despeinada y la tercera con cara de confusión y sueño.
Sin embargo, lejos de causarles gracia, su risa incrementa la molestia de ambas.
—¡Ay yaaaa! ¡Perdónenme por existir!—responde frente a los reclamos
—Quedamos en que estaríamos juntas y no nos separaríamos ¿Justo hoy se te tenía que ocurrir ligarte a un tipo raro?—Suzane vuelve a cuestionarla
—Las que estaban ligando eran ustedes y aún si lo hubiera hecho no veo dónde está lo malo, yo no me quejé cuando dejaron a esos tipos sentarse a nuestra mesa.
—Pues sí, es un gran avance ¿Te aplaudo por dejar de ser prejuiciosa en momentos poco oportunos? Tal vez, después de tanto, tanto tiempo, finalmente la terapia está funcionando...
—¡Wooo! ¡WOOOO!—Expresa Zdenka, totalmente asombrada al no comprender de donde viene un comentario que debería resultarle hiriente—¡En serio gracias por notarlo! Después de todo quizá no soy la única al interior de este coche que necesita terapia.
—¿Qué estás tratando de decirme?—Reta Suzane, finalmente Priya decide intervenir:
—¡AY, MALDITA SEA!... ¡Ya cállate Suzane! Te estás desquitando con nosotras por algo que hizo un tarado en un bar.
—¡Tu no me pidas que me calle, bruja!
—Ajá, soy una bruja ¿Crees que me insultas? ¿Qué tan buena amiga te hace el comportarte de la manera que lo estás haciendo?
Zdenka se acomoda al borde del asiento, aún confundida, intercambia miradas con el conductor y esquiva la mirada sintiendo un poco de vergüenza.
Silencio tenso. Suzane se mueve un par de veces, dejando notar que está incómoda, luego se cruza de brazos mientras observa la ventana.
—Discúlpenme, no debí...—Pausa—Es sólo que... hubiera querido romperle la cara a ese tipo.
Zdenka eleva el cuello de su saco.
—Bueno... Si quieres puedes acompañarme a practicar defensa personal... Ya sabes, los lunes y los jueves... Cuando me dejan salir del manicomio —Sonríe, tratando bromear y de esa forma aliviar un poco la atmósfera.
—Ay... Chica, en serio lo lamento—La abraza, secándose una lágrima de la mejilla.
Zdenka no podía enojarse con ella, Suzane pocas veces era tan explosiva y en ese sentido era diferente a ellas. Suzane lloraba cuando sentía enojo o frustración, mientras Priya y Zdenka solían ser más lógicas, tratando de anteponer la razón para actuar de la forma menos errática posible.
—Perdóname Priya
—De hecho, me encanta que me digan bruja, pero te perdono el tono que usaste para decírmelo.
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Niebla
RomanceUna noche de septiembre del 2045, la soledad se siente espesa, tanto como la niebla que cubre la ciudad de forma permanente. Zdenka, a sus 25 años, ha empezado a mostrarle cara a la vida adulta y puede decir con seguridad que es mucho más difícil de...