Capítulo 13

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El reloj da las una, es  una noche neblinosa, la ventana está herméticamente cerrada y las cortinas de encaje se mantienen quietas, apenas hay algo de viento afuera, la ciudad duerme en la oscuridad, y en medio de ella, los grandes edificios se alzan como tótems negros de la modernidad.

La liga para el cabello cae a la alfombra, liberando la trenza, convirtiéndola sólo en mechones libres de cabello rojo, y así como se expanden sobre la almohada, la niebla lo hace por el suelo de madera, entrando por el resquicio inferior de la ventana... Poco a poco va formando tentáculos largos que mutan lentamente de forma, se deshacen, vuelven a armarse pero se esfuman cuando el celular vibra en la mesa de noche e ilumina la habitación y poco a poco el movimiento del teléfono se hace más brusco, Zdenka sigue dormida, no existen signos de que vaya a despertar pronto, finalmente la vibración para, y el pequeño aparato vuelve a apagarse pero sólo por poco tiempo, cuando éste cae al suelo hace un ruido, la sincronización con los lentes se activa y termina por llenar de luz la cama, rebotando en la cara de Zdenka. 

Suelta un quejido y a penas logra tomar el celular, alargando sus manos y parte de su torso hacia el suelo. 

—¿Diga? —Dice cerrando los ojos por la sensibilidad a la luz, sin poder leer el nombre del contacto.

—Zdenka—Susurran su nombre—Ayúdame

—¿Qué? ¿Quién es?—Trata de ver la pantalla pero sus ojos lloran como una reacción al brusco cambio de luminiscencia. 

—Soy —se entrecorta—...Necesito...—Vuelve a cortarse

—La señal no debe ser buena donde estés, vuelve a llamar más tarde

—Zdenka, te necesito—le pide en voz un poco más alta 

—¿Pri... Priya? ¿Qué pasó?

—Rompí mi promesa—La recepción vuelve a ser mala.

—¡¿QUÉ?! Son las una o dos de la mañana ¿Qué haces despierta?

—Estoy en el sótano de la casa del acosador, pensé que estaba vacía, pero oí ruido y me escondí... Tienes que venir a ayudarme... Estoy atrapada...Por favor—Lo susurra antes de que la llamada se corte.


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