Capítulo 46

4 0 0
                                    

— ¿Estás molesta aún?

— Creo que por seguridad deberías conducir fijándote en el camino. 

— No—le responde de forma rotunda mientras orilla el coche nuevamente, Zdenka pone los ojos en blanco

— Así no vamos a llegar nunca—Susurra viendo hacia la ventana

— No comprendo de qué estás enojada ¿Puedes explicarme?

— Yo que sé

— ¿No sabes?

—¡NO! ¡No lo sé!—Cruza los brazos sin pena de verse molesta.

—¿Y entonces quién debería saberlo? 

Zdenka se queda en silencio, saca el dulce de su bolsillo y empieza a jugar con él nerviosamente, tratando de comprender qué está pasando, pero Hyungwon le quita el caramelo de forma repentina:

— ¡Oye!—Trata de quitárselo de nuevo

— ¿Qué? ¿No es a mi ahora a quien se le bajó la presión por tratar de adivinar lo que pasa? 

Su voz es un tanto grave al quejarse. El envoltorio suena al abrirse

— ¡¿Qué haces?! Me lo llevé a la boca... — Zdenka tiene los ojos abiertos y se siente avergonzada, pero sin mayor tiempo a réplicas, Hyungwon se lleva el dulce a la boca, pese a la cara de desagrado de Zdenka. 

— Ahora me siento mejor — Chae contiene su risa, sólo la libera al girar la cara viendo hacia la ventana. 

Zdenka tiene el ceño un poco fruncido, no logra entender qué acaba de pasar. Zdenka se aclara la garganta

—Pensé que eras... un poco más melindroso... 

—Disculpa por haber sido indiscreto, sé que hay cosas que no se deben preguntar. 

—Si tu teoría tiene que ver con la Orden del Templo Lunar, tienes razón para desconfiar de mi. ¿Acaso no me investigaste? 

Chae traga saliva y frunce un poco la frente, no dice una sola palabra. Zdenka, sin embargo ríe pero de una forma un poco ácida, parece otra persona, al ver que Hyung no tiene intenciones de contestar, continúa hablando: 

—Te mentí y tenías razón, empecé a sentirme mal cuando tuve indicios de tus sospechas; no es la primera vez que oigo de esa secta, pero no voy a hablarte de cuál fue mi relación con ella, los detalles de ello, solo los conocía Suzane, ahora sólo yo, y no pienso compartirlos con nadie más. 

 Hyungwon se mantiene callado, como si no la hubiera oído del todo, se muerde un labio, parece pensativo y después un poco preocupado. 

Por su lado, Zdenka inclina el asiento y cierra los ojos. Detesta rememorar lo sucedido y transitar por aquel camino sangriento otra vez, pero contrariamente a lo que esperaba, ninguna pena o remordimiento asoman para inquietarla, vuelve a reír y pregunta:

—¿No vamos a ir?


NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora