Narra Zdenka:
Nos quedamos sentadas en la grada, atajando la puerta con nuestras espaldas. Don Roberto, con su amabilidad acostumbrada, nos ha pasado un pequeño cobertor.
—Aprovechemos para que me cuentes lo que pasó en el trabajo ¿Cómo así que renunciaste?
Me tenso un poco al recordar que estoy desempleada.
—Pusieron un nuevo Jefe de Producción y al parecer es archienemigo de la familia de Valentín
—¿De tu papá?
Miro a Priya como retándola con la mirada y ella responde con un "¿Qué?"
—No siento que sea mi papá, se lavó las manos cuando las cosas no funcionaron con mi madre.
—Ay bueno... perdón. Pero si tan ajena te sientes, no era tu pedo que el tipo quiera o no a tu medioher... A Valentín—Corrige porque vuelvo a mirarla con cara de pocos amigos— ¿Cuál era la necesidad de renunciar?
—Es que no entiendes, es justamente por eso que me molesté. A ver... Empiezo por el inicio. Hoy inició todo mal, unas personas se mudaron al departamento de enfrente, con el sonido del carro de mudanzas no me dejaron ni dormir, tampoco es como si después haya logrado descansar, no pegué un ojo por lo que pasó con Hyungwon...
—A ver, a ver—hace señal de que debo parar—¿Qué pasó con el? Lo último que me dijiste es que salieron a ver a alguien que podía darles datos de Suzane ¿Qué fue lo grave?
Suspiro y recorro las manos por mi cara.
—Me pasé, Priya, me pasé—Pongo la cabeza sobre su hombro— La chica... Ifigenia, no nos dijo la gran cosa, sólo que Suzane quiso formar parte de las Wiccas y luego simplemente dejó de ir
—Las Wiccas ¿Las del símbolo, no?
—Ajá. ¡Ah! Hyungwon dijo que iba a tratar de conseguir información a detalle de ese lugar al que creemos que iba Suzane, el del supuesto club de veganos, pero no me ha escrito nada hoy.
—¿Pero qué pasó? Se pelearon, le gritaste—Priya se ríe—No hablamos por un día y medio y ya me vienes con todas estas cosas.
—Encima... tuve como una especie de ataque raro cuando estábamos hablando con esta chica... Ifigenia, me terminé quitando la ropa, yo no recuerdo nada, pero seguramente él me vio ¡Me quiero morir!
—¿No te habrán drogado? —Muevo negativamente la cabeza—Y, digo... Si no recuerdas nada y apareciste sin ropa... que ahora no te escriba ni te hable...Está raro, lo tienes que admitir
—El no tiene culpa de nada
—¿¡Perdón!? Tu defendiendo a un chico
—No... No entiendes—juego con los flecos de mi bufanda—yo me equivoqué. Ayer, nos paramos en medio de la carretera, lo sentí tan cerca... se veía tan bonito, con esa boquita, los ojitos que brillaban... —Me muerdo el labio de solo recordar, pero luego escondo la cara en las manos—Y una cosa llevó a la otra...
—¿Por un beso estás comiéndote la cabeza?
—No...Fue más que eso...—susurro— Me le encimé. No imaginas lo que fue eso...
—No, no lo imagino—dice desconcertada— Siempre fuiste muy zonzita para esas cosas—la miro sintiéndome ofendida—¡Dale! Lo tienes que admitir, desde que te conozco, siempre esperas que la otra persona de el primer paso. Eres lenta—Me resigno con esa declaración, ojalá me hubiera quedado "zonzita"—Pero y... ¿Qué hizo? ¡No me digas que te rechazó!
—No, todo lo contrario
—¿Cogieron en el coche y ahora no te llama? ¡Pero ese tipo es un imbécil!
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Niebla
RomanceUna noche de septiembre del 2045, la soledad se siente espesa, tanto como la niebla que cubre la ciudad de forma permanente. Zdenka, a sus 25 años, ha empezado a mostrarle cara a la vida adulta y puede decir con seguridad que es mucho más difícil de...