Narra Zdenka.
No nos permitieron acudir al velorio y mucho menos al entierro. Aunque fuimos amigas y cómplices desde que íbamos al kinder, la familia de Suzane puso en duda nuestra inocencia... No existían pruebas que nos incriminaran, pero las tres habíamos pasado juntas su última noche.
Los policías que me interrogaron dudaron más de una vez de lo que yo sentía, según ellos, me veía demasiado calmada pese a haber perdido a mi mejor amiga de una manera tan violenta, pero más tarde, cuando fui evaluada por una psicóloga, pudo explicarles que aún me encontraba en negación, aunque a simple vista ya parecía haber admitido la muerte de Suzane.
Me desenvolví con normalidad la primera semana, aún me llegaba una sonrisa automática al rostro cuando escuchaba el sonido del timbre, pensando que se trataba de ella y una de sus largas visitas que se prolongaban hasta el día siguiente... Aún tenía fresca su imagen, su manera animada de tomarme de las manos y obligarme a bailar en medio de la sala, sus críticas a mi dieta carnívora e incluso su desagradable manía de ponerme los nervios de punta al pintarse las uñas de los pies, dejando el esmalte abierto encima del sofá...
Pero poco a poco, a medida que fueron pasando los días, la sensación de cercanía de esos recuerdos, fue perdiéndose, y a ello le siguió la idea de que nunca más iba a verla, jamás volveríamos a reírnos a carcajadas de esas cursis y bobas películas románticas que fomentaban las relaciones tóxicas, o a ponernos mascarillas la una a la otra escuchando playlists de música desconocida o rara durante una tarde de sábado...
"La vida es complicada" Esa frase que solía expresar cuando las cosas le salían mal, recobró su sentido a plenitud. La vida sin ella cada día se ponía un poco más gris, sin brillo y sin sentido.
Retrocedí en la vida... Al morir Suzane... No había perdido a una amiga, había perdido a una hermana, a mi alma gemela; varias veces, después de romper con patanes y ayudarnos la una a la otra, habíamos dicho que el alma gemela no era necesariamente alguien a quien amabas como pareja, en nuestro caso, éramos el alma gemela de la otra, porque nos complementábamos... ella lograba visibilizar y sacar una versión mía que era mucho más risueña, mientras yo le aportaba algo de conciencia o responsabilidad...
Me había cuidado más que mi madre después de lo que me sucedió en marzo del año pasado, Suzane mantuvo la paciencia, aunque varios arrojaron la toalla conmigo, pese al trauma que tuve que aprender a superar, a mi miedo a salir a la calle, después de que dictaran sentencia a... aquel y a sus amigos... No quiero recordar esa historia.
Cuando Priya vino a verme, era domingo, y yo me había negado a levantarme de la cama.
—¡Por Bastet! Tus ojos parecen tomates
—Quiero dormir—Dije volviendo a cubrirme entera con la sábana y dándome la vuelta.
—No, no, nada de eso, arriba, ya son las once de la mañana— Empezó a nalguearme, yo me moví apenas, abrazando mi almohada.
—No grites... ¿Para qué me despiertas a las once de la madrugada?— dije como un susurro—Odio que me despierten.
—¿Planeas quedarte todo el día sin mover el trasero de tu cama?
—¿Hay un mejor plan que ese?
Sin poner mayores argumentos, Priya empezó a jalarme del pie, provocando que me asustara un poco ante la idea de caerme de la cama, decidí rendirme ante su voluntad, me senté al borde y me quedé con la mirada hacia la nada por unos minutos, mientras ella buscaba algo en mi closet, me recordó al tiempo en el que mi madre debía despertarme y elegirme la ropa que me pondría para ir a la escuela, me puse una chamarra deportiva con capucha encima del pijama porque sentí frio repentinamente, bostecé tapándome la boca.
—¿A dónde vamos a ir?—Pregunté con voz de recién despierta.
—A donde sea
—Nos dijeron que no podíamos salir de la ciudad o podíamos tener problemas—Aclaré mientras me refregaba un ojo y después buscaba mis lentes.
—No vamos a incumplir esa orden, pero si sigues como ahora te vas a enfermar de nuevo hasta quedar en los huesos.
—Soy una persona bastante fuerte aunque sea delgada, me subestimas
—Te conozco, hace un año dejaste de comer y sólo te ocupabas de dormir, te despertabas a las doce y comías unas Sabritas como desayuno.
—¿Y a quién le importa si eso me pasa de nuevo?
—A mi, a tu mamá...A tí misma.
—Mi mamá no me quiere y yo tengo sueño—me dejo caer al suelo alfombrado y termino recostándome en posición fetal, sin muchas fuerzas en mi cuerpo para levantarme.
—Las cosas nunca más van a ser como antes—dijo Priya, dejando a un lado una bufanda, para después salir de mi cuarto intempestivamente.
—¿Eh? ¿Priya?—Me levanto y voy tras ella—¿PRIYA?
—¡Que te jodan!
—Bueno, ya me jodieron de varias maneras y en diferentes ocasiones ¿Algo más?
Va al sillón y se pone una chaqueta de cuero que había puesto en el perchero.
—¡No todo es sobre tí, Zdenka! Todos sentimos dolor ¿Crees que fue fácil para mi ver el cuerpo de Suzane repleto de agujeros?
—Cuando llegué al Ministerio Público traté de decirte muchas cosas... Pero también sabía que nada de lo que se me ocurriera podía borrar todo lo que viste. Y sí, te doy la razón, pero nunca dije lo contrario, esto no es sobre mi, es sobre lo injusta que es la vida, es sobre la maldita gente que lastima personas inocentes y se burla de ello después...
—¿Porqué no me llamaste después del interrogatorio? ¿Tu también crees que yo la ataqué?
—Priya... Ya expusieron porque ella llevaba tu cuchillo en la mano... Pero... Incluso antes de que mostraran las grabaciones, ya sabía que no fuiste tu... ¿Nos podemos sentar un rato? Porque en esa posición en la que estás me parece que ya te vas a ir y me pone impaciente.
Me sonrió a penas y se sentó rudamente sobre el sofá, yo me acomodé con la cabeza en su regazo. Guardamos silencio por un rato.
La densa niebla seguía igual a anteriores días y no había indicio de que pronto iba a mejorar.
—Zdenka... ¿Crees que atrapen pronto al asesino?
—No sé—Dije en vos baja, con la mirada fija hacia la ventana.
—Boris revisó el cuerpo... No quería decirme nada, pero sé que tiene las mismas características que el de los otros... Recuerdo sus manos y cuello... tenían agujeros pequeños... como si ella hubiera estado hecha de papel y hubieran usado una perforadora en esas zonas... Seguramente siguen sin tener pistas.
—Las grabaciones estaban borrosas.
—Quizá no queda de otra...
—¿Eh?
—Quizá... Si los encargados de hacer prevalecer la justicia no están haciendo nada... Y dejaron libre al acosador que pudo haberle hecho todo eso... Nosotras deberíamos poner manos a la obra...
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Niebla
RomanceUna noche de septiembre del 2045, la soledad se siente espesa, tanto como la niebla que cubre la ciudad de forma permanente. Zdenka, a sus 25 años, ha empezado a mostrarle cara a la vida adulta y puede decir con seguridad que es mucho más difícil de...