Capítulo 33

10 0 0
                                    

—Relájate, respira

—Sí, lo siento

—Sigues sin relajarte

Cierra los ojos y deja que la doctora use el espéculo, siente una ligera molestia, pero nada grave ni doloroso. Hace frío en aquel consultorio. Siente el hisopo con el que está tomando la muestra.

—¿Eres sexualmente activa? 

—No, sigo sin novio, como la última vez que vine, y no he tenido contacto sexual con nadie, valga la redundancia.

Hay un silencio mientras la sigue revisando.

—Vamos a mandar esto a análisis. Por la ecografía de esta mañana, noté que tienes un pequeño quiste. Ahora mismo, no observo lesiones, si es que tienes algo probablemente sea sólo una infección por hongos, nada grave— deja el espéculo y guarda la muestra en un sobre pequeño de papel.

—Doctora, pero y el sangrado extraño que le dije, no sentí que fuera normal. 

La doctora apaga la luz y se quita los guantes. 

— Ya puedes levantarte—Zdenka lo hace casi de inmediato—No vi nada raro, quizá sufriste algún desajuste, a veces cuando hay quistes la sangre sale mucho más densa. 

—¿Negra? 

—En realidad, es café. Zdenka, sólo tienes que relajarte ¿Está bien? Sea lo que sea, lo vamos a saber ¿Dejarás la muestra en el laboratorio de acá, o irás a algún otro lado? Para que escriba tus datos directamente en la computadora y no esperes mucho

—Está bien en el de acá 

—Perfecto—anota una orden de laboratorio con sus datos en la computadora—Muchas veces podemos sufrir desajustes hormonales, ahora, me dijiste que no sentiste olores extraños, generalmente cuando es una ITS o una enfermedad por bacterias, sientes malos olores. Te voy a recetar unas píldoras para regular tu ciclo y tratar ese quiste. 

—Sí, está bien 

Le explica cómo debe tomarlas con paciencia. 

—Doctora... Cuando sucedió... Lo... Lo de hace un año y medio—se aclara la voz porque siente que está hablando muy bajo— ¿Será posible que alguno de ellos me haya contagiado... V... VIH? —Sus ojos están cristalizados, aunque trata de ocultarlo.

—¡No! No creo—La mira con cariño—Zdenka, hicimos tres pruebas en diferentes meses, el periodo ventana ya había pasado por mucho cuando te practicaste la última. 

—Es que tengo miedo—no puede evitar que una lágrima atraviese su rostro y caiga rápidamente hacia su regazo.

La ginecóloga le pasa unos pañuelos desechables, la mira con aire maternal.

—Verás que no sucede nada, comprendo que después de lo que te pasó estés nerviosa cuando vienes aquí, pero de verdad, tus exámenes están bien, pero si necesitas sentirte segura, puedo pedir que te hagan la prueba de VIH, y vienes mañana en la mañana...

—A las ocho...—Completa casi con un suspiro— Creo que mejor espero el resultado del PAP. Gracias.

—De nada Zdenka, nos vemos mañana a la hora que te devuelvan los resultados, sólo toca la puerta y entra. 

Se despiden. 

Al día siguiente, por la tarde, recibe la noticia de que sus resultados no muestran ninguna anomalía, quiere sentir alivio, pero recordar la imagen de aquel excusado con líquido negro no se lo permite. 

NieblaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora