—Tú bien sabes que no —repuse casi en un susurro y cerré los ojos cuando sentí su mano acunar mi mejilla.
Puse mi mano sobre la suya e incliné mi cabeza.
No quería pensar, solo quería hacer algo que anhelaba con mi alma y corazón.
Solo abrí los ojos para ubicar sus labios y los atrape con los míos.
Estaba llena de emoción al sentir el sabor de su boca invadir mis sentidos. Odiaba admitir que es un tipo de adicción a la cual no quiero renunciar. No tan pronto.
Supe su respuesta cuando sentí sus manos en mi nuca y mi cintura.
Dios, también extrañaba su reacción. El poder que tenia sobre mi con el simple roce de su piel y como me exigía.
Comencé a quitarle el saco desesperada. Quería sentir su torso desnudo con mi pecho, con lo que fuera pero quería verlo y sentirlo.
Su risa. Hizo una risa.
—Lo siento —balbuceé después de tomar aire y miré a Draco.
Los dos estábamos agitados pero con una sonrisa.
—¿Y eso? —preguntó acariciándome por debajo de la ropa justo en la cintura.
Ni yo sabia porque lo había dicho, solo se me salió.
Me cubrí la cara con las manos y sentí pena. Algo que hasta ahora había notado es que con Draco jamás había sentido vergüenza.
Él soltó un bufido de burla y yo me descubrí los ojos para después también reír.
—No lo sé —admití por lo bajo.
Él me quitó las manos de la cara y me besó la frente.
Y ahí estaba él Draco del que me enamoré. Quien me hacia sonreír tanto que me dolía la boca. Quien ni siquiera tengo palabras de explicar las tantas cosas que sentía de tan solo de mírale los ojos.
Tomé sus manos y lo llevé hasta el pie de mi cama. Los dos nos quedamos observándolo en uno al otro.
Pronto comenzó a levantarme la blusa para quitármela. Y en cuanto estuve solo en sostén frente a sus ojos, dejé de respirar.
Su mirada lo causó, y todavía peor cuando sus manos me tocaron suavemente para dejarme el torso desnudo.
—Mierda —dijo casi en un susurro.
Yo sonreí un tanto apenada y ahora comencé a quitarle la camisa.
Él simplemente me observaba y era todo lo que necesitaba. Su ser, su sentir y su querer.
Y cuando sentí su pecho desnudo con mis manos tuve que suspirar una vez más.
—Suspiras mucho —dijo con voz ronca poniendo sus manos sobre las mías.
—Cierto —admití acercándome mucho más, tocando su pecho con el mío—. Pero la verdad, solo tú causas eso en mi.
Ahora quien había suspirado era él, mirándome con ese deseo y a la vez amor, nos unió en un beso hambriento rodeandome con sus brazos.
Su lengua entró en mi boca e hizo juego con la mía, me encantaba como me besaba y el rápido efecto que tenia en mi.
Poco después pasó de mis labios a mi mandíbula y luego a mi cuello. Haciéndome jadear cada vez más.
Hasta que tuve que soltar un gemido cuando mordió levemente mis senos. Me recosté en la cama y el siguió con mis pechos. La verdad no me quejaba, para nada.
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Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}
Teen FictionNuevo país, nueva ciudad, nueva escuela, nuevas experiencias... pero jamás creí que una de ellas tuviera el nombre de Draco Malfoy. El deseo, el amor, las mentiras y las verdades... Todo será diferente. Y claro, el interés hacia una nueva persona qu...