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-¿Profesor Snape? -le hablé tímidamente al bajar las escaleras del vestíbulo.

-Le recomiendo que guarde silencio señorita ____ -respondió si verme y abriendo la puerta principal hacia la salida del castillo.

Tenía tantas preguntas, tantas cosas que pensar, todo esto en menos de una hora, tanto que asimilar. Solo caminábamos sobre el pasto iluminado por la luz de la luna y estrellas, esperando que no fuera lejos o imaginándome algo normal.

-¿Joven Diggory? ¿Qué está haciendo aquí? -le cuestionó el profesor Snape, molesto y con mala cara.

Cedric, parado a un lado de la roca frente al lago, dio un salto y me vio confundido, yo traté de evadirlo, lo hice, pero su voz llamó mi atención.

-Yo... es-estaba esperando a... -respondió mientras caminaba a mi dirección.

-Será mejor que te vayas Cedric -lo interrumpí antes de que respondiera, traté de no mirarlo a la cara, pero fue inevitable.

-Pero...

-Diggory, vaya a su sala común, ahora -le ordenó Snape.

Me miró tratando de obtener una respuesta de mi parte, pero no la obtuvo. Obedeció, no sin antes, pasar por mi lado y rozar mi mano con la suya y atraparme con su voz, despidiéndose.

Lo vimos entrar y cerrar las puertas, entonces, Snape me llamó, ya a unos pasos de distancia y lo seguí apresuradamente a sus espaldas.

No dijo nada hasta cuando llegamos a un callejón de Hogsmeade, solo ordenó que tomara su antebrazo para poder irnos y obedecí. De nuevo, la sensación de ser oprimida por todo el cuerpo, como si estuviera siendo metida en un tubo, llegó, pero esta vez, no fue tan igualada que las otras, estaba comenzado a acostumbrarme a usar este método, solo que muy pronto, lo tendría que hacer yo sola.

Llegamos tan pronto como nos fuimos, parados en una calle que yo conocía perfectamente y hasta sabia a donde ir.

-Profesor... esta es la calle...

-Lo sé, no te llevaría a un lugar desconocido para ti -respondió antes de que contestáramos-. Ahora, vamos -y siguió el paso.

-Pero profesor, ¿Porqué no solo aparecimos dentro? -pregunté cruzando las rejas para entrar al patio delantero.

-Alguien... muy sabio, me dijo que entrar de esa manera era muy irrespetuoso -respondió subiendo las escaleras para dar a la puerta principal.

-¿Mis padres están aquí? -pregunté antes de girar el picaporte.

-No puedo responder su pregunta, ahora entre.

Hice caso y abrí las grandes puertas blancas de mi casa, aunque al entrar, todo estaba apagado y no había ni un solo rastro de alguien, al menos, por días.

Snape entró luego de mí, dejando mi maleta junto al perchero, aun lado de la puerta. Accioné el interruptor y se encendieron todas las luces de la sala, comedor y entrada, las de la cocina estaban más lejos.

-Antes de que me haga más preguntas, debo advertirle que no puedo responderle todas sus dudas -anunció el profesor.

-Bien, entonces trataré de no hacerlas muy complicadas -él asintió con la cabeza-. ¿Por qué estoy aquí?

-Para su preparación.

-¿De qué?

-No puedo responder.

-Bien -di un resoplido-. ¿Quién le ordenó que me trajera? -negó con la cabeza y di otro resoplido, cruzando los brazos-. ¿Dónde están mis padres?

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora