Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}

~41~

Al día siguiente desperté en la cama de Draco, abrazando su torso con mis brazos y nuestras piernas enlazadas. Faltaban diez minutos para el desayuno para cuando miré el reloj en la mesa de noche a un lado de la cama. Me levanté lentamente y fui al baño, terminé mis necesidades y para cuando me miré en el espejo sabía que me esperaba lo peor: la resaca.

La cabeza me comenzó a doler, no había tomado demasiado, así que las punzadas no eran tan fuertes. También tenía ganas de volver a la cama y dormir en todo el día, no levantarme hasta el siguiente y luego comer una deliciosa pasta.

No estoy segura a qué hora exactamente regresamos del lago, solo sé que estaba medio dormida cuando terminé en el pecho de Draco. Con el cuerpo pesado y un increíble sueño que me cerraba los parpados, aunque no quisiera, más aparte sentir la mano de Draco en mi cabello dándome suaves masajes en la cabeza y espalda.

Me mojé la cara con agua fría del lavabo y aligerando diminutivamente los dolores. Me lavé los dientes muy bien y salí del baño para levantar a Draco, que estaba mucho más que dormido. Sus ojos estaban perdidos cuando levanté sus parpados, me dio una ligera risa. También tenía entre abierta la boca y resoplaba con intensidad.

—Ya despiértate —dije casi en un susurro cerca de sus labios. Me senté y comencé a jugar con su cabello. Hizo un quejido y se movió dándome la espalda—. También quisiera quedarme en cama todo el día, pero ni modo —me recargué en su espalda—. Así que será mejor que te levantes ahora.

—No quiero —se quejó.

—Anda, después de clases vendremos directo a tu habitación y no te soltaré en toda la noche —propuse suavemente en su oreja—. Pensándolo bien… eso sonó tan cursi que me dio vergüenza —solté otra leve risa entre labios—Te lo compensaré, lo prometo…

Draco se volvió a dar la vuelta y vi una sonrisa en su rostro mientras abría lentamente los ojos. Se sentó y beso mi mejilla izquierda.

—Trato hecho.

Le di un suave y corto beso en los labios para sellar la propuesta.

—Te veré en el desayuno —me levanté para tomar mis zapatos y mi ropa de la noche anterior.

…

Llegué lo más rápido que pude al Gran Comedor, este ya se encontraba adornado con cuatro árboles verdes adornados con esferas y detalles muy hermosos, dignos de la Navidad, junto con unos muérdagos de color blanco y rojo. Repartidos en todo el salón. El techo estaba luminoso, pero se veía una gran caída de copos de nieve que se disolviendo al aproximarse.

Me encaminé a la mesa de Slytherin, encontrando a Draco junto con Blaise. Tomé asiente entre ellos dos.

—Hola Blaise —saludé animadamente.

Se había metido un gran trozo de manzana a la boca y como contestación hizo un movimiento con la cabeza.

—Hola de nuevo —le dije a Draco cerca de su cuello.

Me sonrió complacidamente y me paso la jarra del café, también me pasó una taza, la leche junto con el caramelo.

—Gracias —repuse y me preparé mi café como me gusta.

—Ey Blaise, te perdiste de una buena fiesta, aunque fuera de Gryffindor —comentó Draco.

—Ya ni me digas Draco, claro que quería asistir, solo que mi madre tuvo algunos asuntos en el ministerio y me pidió que hiciera algunas cosas en la casa. Llegué hace algunos minutos —respondió Blaise con una mueca.

Para el término del desayuno noté que Harry, Hermione y Ron no estaban, tampoco Ginny. Se me hizo muy extraño que todos los Weasley no se encontrarán en los últimos días para las vacaciones. Hasta llegué a preguntarle a Dean Thomas si sabía algo, pero solo me dio una respuesta muy confusa concluyendo en que no sabía nada.