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El resto de la semana fue igual: indirectas el uno al otro, miradas asesinas, comentarios estúpidos... Parecían dos niños chiquitos peleando por un caramelo, y lo peor es que yo era el puto dulce, o eso creían ellos, porque yo no estoy para sus idioteces.

Lo divertido o lo que al menos me hacía escapar de mi realidad, era nadar a las tres de la madrugada sin que André o Draco se miraran, nadar en las olas del mar en el atardecer, desayunar fresas con chocolate y cenarlas mientras Pansy, Vera, Astoria, Daphne y yo hablábamos de cualquier cosa, en fin, pasaron tantos momentos imborrables, pero lamentablemente solo nos quedaban unas horas para irnos de aquel paraíso.

Al final, mis padres solo vinieron el último día, para recogernos, ya que estuvieron muy ocupados con el "trabajo" que no tuvieron tiempo de pasar ni un solo día en la casa que habían comprado, en otro continente, en otro país y demasiado cara para ser verdad. Ni si quiera he pasado un día solo con mis padres desde mi cumpleaños, o, mejor dicho, el día siguiente.

Al regresar a Londres, en mi casa alejada de la gran ciudad, los papás de cada uno de mis amigos vinieron por ellos casi al instante, me despedí de todos, como siempre, deseando volver a las vacaciones de inicio.

Por Draco, vinieron casi al anochecer, pero Cissy se quedó un poco más, platicando con mi madre sobre asuntos que no me importaban, Lucius fue a la biblioteca con mi padre, aunque no se quedaron por mucho rato. Casi al irse, cuando me despedía de Cissy, solo podía pensar en decirle la verdad, ya que cada vez que me hablaba con esa voz tan maternal y hacia comentarios sobre Draco y yo como una pareja, me llegaba una culpa inmensa, no quería mentirle más, ya desde hace demasiado tiempo que no estoy con su hijo y ella sigue tratándome como la novia de Draco, es muy molesto para ser verdad, pero molesto en el sentido de que cuando se sepa la verdad, no sé si Cissy me siga tratando de la misma manera.

Salieron, me despedí de Draco rápidamente y subí a mi habitación, esperando encontrar algo de tranquilidad, aunque no lo fue.

—¿Aun piensan que estás con Draco?

—Eso no te concierna —respondí poniéndole los ojos en blanco y tirándome sobre la cama.

Él hizo una risita burlona y dejó de recargase en la pared para caminar en dirección de la puerta, se detuvo al abrirla.

—Dulces sueños —me deseó André con una media sonrisa muy débil.

Yo lo hice un ruido y hundí de nuevo la cabeza en la almohada. Para cuando escuché la puerta cerrarse, me levanté para irme a lavar los dientes y me metí a la cama de nuevo. Solo me quité la ropa y me quedé profundamente dormida.

André se fue antes de que despertara.

El último día de vacaciones me puse a leer los folletos sobre futuras carreras para la orientación académica.

Ya eran pasadas de la media noche y seguía leyendo folletos sobre carreras, pero ninguna me atrapaba del todo como para elegirla. Leí sobre el banco de Gringotts, el Banco Mágico, lo que me llamó la atención es que puedes trabajar en el extranjero, en verdad me gustó esa opción, pedía Aritmancia, clase en la que estaba y me iba demasiado bien. También me interesó el folleto con el título “TRIUNFA EN EL DEPARTAMENTO DE ACCIDENTES Y CATASTROFES EN EL MUNDO DE LA MAGÍA”, aunque para ese punto, los ojos me pesaban y me quedé dormida entre papeles y miles de folletos con diferentes ocupaciones.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora