Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}

~26~

No sé cuánto estuve dormida, pero supuse que había sido mucho cuando sentí el dolor de cabeza y mi cuerpo muy débil.

—¡Hija! Ya despertaste —era mi madre y mi padre.

—Hija, ¿cómo te sientes? —preguntó mi padre, sentándose al final de la cama.

—Bien, eso creo —repuse muy suave.

Parpade más para adaptarme a la luz y miré como tenia una intravenosa.

—¿Qué me pasó?

Mis padres se miraron unos segundos y luego mi mamá tomó mis manos.

—Tu matriz... se desgarró.

—¿Qué?

Ni siquiera podía imaginarme como me había pasado eso.

—El doctor dijo que tenías niveles de estrés muy altos y que... tenías signos de desnutrición.

Mierda.

—Hija, ¿porqué no has estado comiendo bien? —mi padre preguntó con la cara triste y preocupado.

Yo no podía mirarlos, no podía ni siquiera pensar en una buena respuesta.

No sabia que me pasaba y era horrible.

Los dos se sentaron a cada lado de mí. Mi madre tomó mi cara con sus manos y mi padre tomó mi mano.

—Hija, nos moriríamos si algo te llega a pasar —dijo mi madre, sus ojos se humedecieron—. Y cuando nos enteramos que ibas camino al hospital miró a mi padre y le hizo una sonrisa débil—. Se nos vino el mundo encima. Solo quiero que estés bien y que seas muy feliz.

Yo los miré y sonreí suavemente. Mis padres a lo mejor no era los mejores, pero sabia que eran sinceros.

—Por eso decidimos que pases unos meses en casa —arqué la ceja y traté de hablar, pero mi madre lo continuó—. Ya hablamos con tus profesores y director, están completamente de acuerdo y te mandaran tareas lo más pronto posible e irás todos los viernes y sábados para tomar clases...

—Pero mamá...

—Pero nada, ya está decidido.

—Hija, es lo mejor —habló mi padre.

—¿Y mis amigos? ¿Solo dos días para todas mis materias? Estaré muy lejos del colegio.

—Podrás ver a tus amigos cuando vayas a tus clases...

—O podrían visitarte —interrumpió mi padre animado.

—En cuanto a tu trayecto a Hogwarts, tu padre se aparecerá en Hogsmeade junto contigo, ya que no se puede en el Colegio.

—Y de ¿Cuánto tiempo estamos hablando? —pregunté sentándome lentamente.

—Máximo unos 4 meses —contestó mi padre.

—¡Cuatro meses!

—Es lo máximo linda —mi padre me sonrió ligeramente. Se inclinó y me susurró—. Pero si te portas bien serás dos —me guiñó.

—Me portaré muy bien entonces —hice una sonrisa de oreja a oreja.

Mi madre no estaba muy contenta con el comentario de mi padre.

Seguimos hablando sobre todo lo que pasaría después de que me dieran el alta en el hospital, no faltaba mucho tiempo para eso, máximo dos días más. Me alivié al principio, de que no fuera tanto tiempo, sin embargo, mi mamá me comentó que ya he estado en el hospital una semana.

Poco después, llegó una enfermera junto con la comida del día, dejó la charola y se retiró amablemente. Al ver la charola no me dieron ganas de comer, era una especie de estofado con pedazos de lo que parecía salchicha o zanahoria, no estaba segura, jugo de remolacha y una gelatina amarillo pálido. Hice un gesto de asco y lo aparté.