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Draco

Me encerré en mi cuarto, con el pensamiento de culpa. Pasé todo el rato que pude, pero mis propios pensamientos me consumían. Sabía que no podía dejarlo así, esto no era algo simple, aunque comenzó por una estupidez que hice, tenía que arreglarlo lo más pronto posible.

Salí a buscarla, así que le pregunté a cualquiera si la ha visto. Una chica me dijo que la vio con Hermione hace unas horas, no lo pensé y busqué al estúpido de Potter si sabía algo. Pasaba por afuera de Gryffindor cuando escuché su voz. Me recargué contra la pared mientras iba bajando hasta que llegué al suelo y me senté, solo escuchaba llorar a _____ y ​​eso me hacía sentir peor.

No soportaba la idea que era mi culpa, mi culpa causarle todo ese daño.

Me levanté rápidamente cuando escuché que la puerta se abría.

Pero mis ojos no estaban listos para verla de esa forma. Con las mejillas rojas y húmedas tras el paso de sus lágrimas. Sus ojos cristalinos y sensibles.

En cuanto me vio se quedó estupefacta, así que di un paso adelante.

—Aléjate de mí, Draco —susurró en un lloriqueo.

—_____ —dije casi sin voz, suplicándole.

Me esquivó ágilmente casi corriendo, así que la seguí escaleras abajo.

Era rápida, pero al fin pude detenerla tomándola de su brazo, logrando también que me mirara.

El pasillo estaba completamente solo, ya que no faltaba mucho para el toque.

—_____, por favor —le dije agitado.

—Tú no escuchaste nada —masculló más con dolor que con enojo.

—Pero... yo también...

—¿Tú qué Malfoy? —inquirió en voz baja y se dejó ir en un sollozo.

Yo la abracé sin más, aunque al principio ella no me quería cerca, cada segundo que pasaba noté como lo terminó aceptando.

Poco a poco nos dejamos ir, hasta que terminamos sentados en el suelo.

Ella seguía aferrada mis brazos, mientras lloraba en mi pecho. Me recargué en la pared y noté mi camisa estaba empapada del pecho, pero no me importó. Tiempo después de tranquilizó y levantó su cabeza poniéndola en mi hombro.

—Draco... lo siento...

Su voz era suave pero tan dulce al pronunciar mi nombre.

Realmente no sabía lo que sentía por ella, es decir, me gustaba verla, sí, más de lo que me gustaría admitir. Podría pasar todo el día y noche con ella y jamás aburrirme...

—No tienes que disculparte, todo esto es mi culpa —repuse inclinando mi cabeza levemente a la suya.

—Es que... no me siento, yo, es decir... —tomó un suspiro y continuó—. Me refiero a que sobre pienso mucho, entonces, yo sola me hago daño por algo tan simple o insignificante.

¿Insignificante? ¿De verdad eso es?

Supongo que sí.

—Tranquila, no tienes que hacerlo si no quieres... eres una persona... que no quiero perder por algo estúpido o insignificante.

Mierda, eso sí que causó en mí una decepción, pero sabía que era lo correcto para tranquilizarla.

Ella levantó su cabeza de mi hombro y me miró. Carajo, realmente me miró. Sonrió dulcemente y me abrazó por el cuello.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora