Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}

~6~

Draco

Iba de camino a la sala común gusto con Blaise y Theo cuando vi a ____ con una sonrisa tonta.

¿Por qué sonríe?

Y mierda, tiene una sonrisa muy hermosa, justo como ella.

Así que les dije a mis amigos que los alcanzaría más tarde.

—¿Y esa sonrisa, Hamilton? —me interpuse en su camino.

Entrecerró los ojos y se cruzó de brazos. No le gusta que la llame por su apellido. Verla de esa manera causó una sonrisa en mis labios.

—¿Y ahora por qué tú sonríes, eh, Malfoy? —contrataco.

—Así que ya no soy Draco, vale —arrugué la nariz y fingí estar molesto.

—Tú me llamaste Hamilton, estamos a mano —contestó usando el mismo tono que yo con ella.

Odiaba que ella siempre tuviera el poder de ganarme.

—Bueno, bueno, ya _____, dime.

Una sonrisa diferente se posó en sus labios, de victoria.

—Eso no te importa —arrugó la nariz sin dejar de sonreír.

—Vamos _____ —me acerqué a ella, quedando tan solo a centímetros.

Se puso nerviosa, lo noté al instante, pero pronto lo disimuló.

—Está bien Draco, pero no molestes —repuso girando los ojos.

El embriagante olor de su perfume me distrajo un poco cuando se acercó a mi oreja, sosteniéndose de mis hombros para poder llegar.

—Noah me dijo que nos viéramos en el bosque prohibido a las 8 y no sé ni que ponerme, maquillarme o como me voy a peinar.

Puse los ojos en blanco mientras ella dejaba de ponerse de puntitas. Su cercanía me gustaba, así que no disfruté que se alejara.

—Vaya, así que _____ ya tiene novio, genial —dije con un tono burlón.

Aunque realmente me molestaba.

—Espero que sea así, pero tú me tienes que ayudar, tienes que darme tu opinión de hombre, bueno, de niño malhumorado —argumentó riéndose.

—Ni creas que te voy a ayudar, y no soy ningún niño —repuse indignado y me di la media vuelta.

—No te enojes... ayúdame solo con eso y no te vuelvo a pedir nada, por favor —pidió con una cara de puchero y sosteniendo mi brazo.

Claramente me repugnaba la idea de que saliera con ese wey, pero al menos era una excusa para pasar tiempo con ella.

Desde que hicimos las pases ha sido... bueno, no somos los grandes amigos, pero ella es una persona realmente agradable. Claramente eso era lo que me decía todo el tiempo para aminorar lo hermosa que se me hacía.

Y debo de admitir que se me hace extraño que me lo pida, a mi.

—Está bien, pero me debes una —acepté girando los ojos y sonriendo.

—¡Gracias! —me abrazó del cuello muy fuerte y le correspondí.

Pude oler perfectamente otra vez su perfume.

Delicioso, aromas frutales invadiendo mis sentidos...

Me soltó y tomó mi mano para guiarme a el patio principal.

______:

Draco, Draco, Draco. Era lo único que me repetía cuando caminábamos por el pasillo mientras lo tenía del brazo. Obviamente quería pensar en el hombre que le acaba de mencionar, pero al abrazarlo y oler su perfume, simplemente la idea de Noah se me fue a la cabeza y le suplicaba al universo porque pasara algo irreal para poder a ver a Draco esa misma noche.