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—No tienes que hacer esto —susurré suplicando y trate de tomar su mano, pero la apartó rápidamente.

Lo único que obtuve fue que me fulminara con la mirada. Lo entendía.

—Escuche a la señorita Riddle —pidió Dumbledore tranquilo.

—¿Qué? —Draco frunció el ceño. Por unos segundos bajo la varita y me miró, pero notó que el director se movía un poco—. ¡Expelliarmus! —gritó Draco y la varita de Dumbledore salto de su mano.

—Muy bien hecho Draco —le felicitó Dumbledore.

—¿Co-cómo sabe tu verdadero apellido? —balbuceo Draco en voz baja y mirándome.

—Existe otra alternativa Draco —repuse en voz baja con una temblorosa sonrisa y entrelazando mi mano con la suya—. No tienes que hacer esto —acaricié su piel con la yema de mi dedo y me acerqué más a él—. Confía en mí, por favor.

Él cerró los ojos por unos segundos, dio un suspiro y apretó más su varita, pero puse mi otra mano sobre la mano que sostenía la varita. Abrió los ojos de nuevo y parecía más tranquilo. Comenzamos a bajar la varita juntos, pero en ese instante un fuerte ruido nos interrumpió.

Escuché los pasos acercarse y sabía quienes eran exactamente. Aparté mi mano de su varita pero nunca solté la otra. Él me apretó con mayor fuerza y volvió a alzar su varita contra Dumbledore. Miré al director y el asintió lentamente. Trague duro, me paré a un lado de Draco.

Volví a acariciar su piel con mi dedo, me miró asustado y lo único que se ocurrió fue acercarme rápidamente a darle un beso en los labios. Sus labios estaban tan suaves y me llenaron de calma en cuanto sentí su tacto. Junté mi frente con la suya por unos segundos, lo miré a los ojos. Sabía que lo había extrañado demasiado.

Quería sentir sus labios de nuevo, pero los ruidos se volvieron más intensos y cercanos, tuve que posicionarme a un lado de Draco y apunté mi varita hacia Dumbledore.

Bellatrix Lastrenge fue la primera en subir.

—Miren lo que tenemos aquí... Oh ____, fuiste más rápida que nosotros —Bellatrix se movió con una sonrisa torcida mirando directamente a Dumbledore y se puso del otro lado de Draco—. Bien hecho, Draco... y ____.

—Buenas noches, Bellatrix, creo que esto amerita unas presentaciones —propuso Dumbledore, al ver los demás mortifagos subir por las escaleras.

—Me encantaría, pero me temo que no tenemos tiempo —repuso ella—. ¡Hazlo! —ordenó Bellatrix mirando a Draco.

—No tiene las agallas, igual que su padre —comentó Grey Back de forma burlona.

Draco se puso tenso al instante y le lanzó una mirada de odio al tipo. Yo lo miré de reojo y volví a acariciar la piel de Draco. Al principio su mano estaba demasiado fía, peor poco a poco estaba más cálida, aunque los ligeros temblores no desaparecían.

—Déjame acabar con él a mí modo —repuso Grey Back de nuevo.

—¡No! —gritó Bellatrix—. El Señor Tenebroso dijo que él debe hacerlo. Este tu momento. Hazlo —miró a Draco de nuevo—. ¡Vamos Draco! ¡Hazlo! ¡Ahora!

Yo miré a Bellatrix y ella se dio cuenta.

—Tú —Bellatrix se dirigió a mi—. ¡Lo harás tú!

Draco me miró con pánico y yo solo me controle. Draco no dejó de verme ni bajó su varita. Ahora él acariciaba mi mano.

—¡YA! —exclamó Bellatrix.

Cerré los ojos y apreté con fuerza mi varita. No quería hacerlo, pero estaba obligada, y si ni lo hacía, alguien que amo mucho sufriría por mi cobardía.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora