Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}

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Estábamos en camino por entrar al Colegio, Crabbe, Goyle y yo acompañamos a Draco por algo cerca de la escobera. A punto de entrar por la puerta principal, se escucharon murmullos y voces, al poco tiempo reconocí perfectamente de quienes provenían, ya que no podíamos verlos, Draco también se dio cuenta y volteó a verme con una sonrisa maliciosa.

-No lo hagas -lo miré severamente pero no le importó y se dirigió al vestíbulo.

-No soporto la prepotencia con que trata a los demás profesores, la muy estúpida, engreída y arrogante-

-A ver, Granger, ¿Cómo termina esa frase? -Draco salió deslizándose por detrás de la puerta, seguido de Crabbe y Goyle. Hermione cerró la boca al instante. Los tuve que seguir para que no ocurriera otro altercado-. Me temo que tendré que descontarle unos cuantos puntos a Gryffindor y a Hufflepuff -sentenció arrastrando las palabras.

Ernie Macmillan también se encontraba allí, por eso también hizo un veredicto contra Hufflepuff. Aunque no estaba junto a Draco o Crabbe, Hermione y Harry me miraron con el ceño fruncido y se dirigieron a Draco.

-Los prefectos no le pueden quitar puntos a sus colegas, Malfoy -saltó Ernie de inmediato.

-Ya sé que los prefectos no pueden descontarse puntos unos a otros -dijo Draco desdeñosamente. Crabbe y Goyle rieron por lo bajo-. Pero los miembros de la Brigada Inquisitorial...

-Ya déjalos en paz Malfoy -interpuse con pereza acercándome a él, ignorando a los chicos que molestaba.

-¡¿La qué?! -exclamó Hermione con aspereza.

-La Brigada Inquisitorial, Granger -repitió Malfoy evadiendo mis palabras y señalando la "B" y la "I" plateadas en su túnica de Slytherin-. Un selecto grupo de estudiantes que apoyan al Ministerio de Magia, cuidadosamente seleccionados por la profesara Umbridge.

-¿Tú eres parte? -me preguntó Hermione con un tono cortante.

-Claro que no -respondí inmediatamente con el mismo tono que ella empleó conmigo y me crucé de brazos.

Hermione apartó la mirada como si se hubiera arrepentido de preguntarme.

-Así que, Granger -continuó Draco sin quitarles la mirada-, a ti te voy a quitar por hacer comentarios groseros sobre nuestra nueva directora. Macmillan, cinco puntos por llevarme la contraria. Y a ti otros cinco por me caes mal, Potter. Weasley, llevas la camisa fuera de los pantalones, tendré que quitarte cinco puntos por eso. De nuevo, Granger, a ti te quitaré cinco puntos por hablarle de esa manera a _____ -yo tenía la mirada en mis brazos, alcé la vista y Draco siguió cuando yo asentí, aprobando la decisión de Draco-. Ah, sí, casi se me olvidaba, eres una sangre sucia, Granger: diez puntos menos.

Ron sacó su varita mágica, pero Hermione lo apartó y susurró:

-¡Quieto!

-Una actitud muy prudente, Granger -mustió Draco-. Nueva directora, nuevas reglas... Pórtense bien, Potty, Rey Weasley...

Y dicho eso se alejó riendo a carcajadas con Crabbe y Goyle. Me quedé parada viéndolos con reprobación por un par de segundos, les giré los ojos me dirigí en la misma dirección que Draco, ya que se había detenido a un par de metros para esperarme.