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Cuando estaba bajando el cierre para ponerme el número seis, tocaron la puerta.

-Su pedido especial, está aquí -anunció Draco con un tono burlón.

-Necesitamos su autorización -pidió André, empleando el mismo tono que Draco.

-Pasen -respondí entre risas abriendo la puerta y esta vez no me oculté.

Me senté en el sillón y al fin me había logrado sacar el vestido. Fui a colgarlo y para cuando me di la vuelta, los dos me comían con la mirada.

-Larguémonos de aquí -les ordené jadeante, pero aumentando mi tono de voz.

Lléganos a la caja y pagué todo. Aunque compre diez vestidos, cuatro no me los había probado y aún no sabía cuál usaría esa noche, pero no me importó, simplemente lo ignoré y pensé que podría usar los demás vestidos en otras ocasiones. También me llevé todos los conjuntos de ropa interior, hasta tomé unos más que me gustaron antes de terminar de pagar. Hasta unos pares de tacones que Draco y André me habían escogido, dos cada uno. Pero se reusaron a que pagara los zapatos y la ropa interior.

-Creo que no hay nadie -les avisé en voz baja al entrar a mi casa, esperando que Voldemort y Tom no siguieran en la casa.

Di unos cuantos pasos más y les indiqué que entraran, pero haciendo el mínimo ruido posible. Aunque yo misma lo causé, ya que me reí al verlos casi caer por cargar todas las bolsas en sus manos.

Literalmente corrimos a mi habitación entre risas, supongo que los tres sabíamos lo que nos esperábamos y no queríamos retrasarlo más. Al llegar, me senté sobre la cama. André fue el último en entrar así que el cerró la puerta con seguro. Dejaron las bolsas en el suelo y caminaron hasta mí.

Me puse de pie antes de que alguno de los dos quisiera hacer algo. Me puse entre los dos y como si lo hubiera pedido a gritos, Draco me jaló de la cintura y me tomó de la mandíbula para ir directo a mis labios, besándome abruptamente.

André, a mis espaldas, comenzó a besarme la parte trasera del cuello, creando escalofríos por todo mi cuerpo. Usó sus manos para ir a mi intimidad, tocándome con delicadeza sobre la ropa. Solté un gemido al encontrar miles de emociones y sentidos por los hombres hambrientos de mí. Mi sueño estaba convirtiéndose en la realidad, así que estaba más que segura que no dormía.

Sumergida en el placer y sin ver lo que me estaban haciendo, solo sabiéndolo por el tacto, Draco movió a un lado mi braga, usando su dedo para ir directo a mi clítoris. Con el ligero tacto de sus dedos en mi intimidad, gemí en la boca de André, causando un gruñido de parte de los dos.

Usé mi mano para ir a la entre pierna de Draco, pasando mi mano, sintiendo su dureza al instante. Pegué mi espalda a su pecho, dejando caer mi cabeza en el hueco de su hombro y cuello, soltando repetidos gemidos suaves en su oreja.

Sacó su miembro, mostrándolo totalmente expuesto. Tomó mi trasero con fuerza y sentí su punta rozar mi entrada, desesperándome más.

Vi al frente y vi a André, que desearía estar haciéndome lo que Draco, pero no reclamaba, ya que el día anterior me tuvo. Ahora estaba solo con pantalón y su pecho marcado se acercó a el mío. En eso, sentí como la presión de mis paredes rodeaba el miembro de Draco. El dolor me hizo gemir con fuerza, casi gritar, pero Draco tapó mi boca con su mano y comenzó a empujar sus caderas contra las mías.

El sonido de sus caderas chocar contra mi trasero retumbaron por toda la habitación. Me tenía con las muñecas en la espalda, sin poder moverlas porque era lo suficientemente fuerte. Con su otra mano, tomaba mi cuello con la misma intensidad, teniendo total control sobre mí.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora