En el mes del amor y la amistad llegó su respectivo día: 14 de febrero. No espere mucho de ese día, solo terminar mis deberes lo más pronto posible para salir con los chicos a pasarla bien un rato. Sin embargo, no dejaba de pensar en Draco, así que le confesé a André que durante el día no mostraba ninguna molestia o tristeza al verlo con Madison, pero al llegar tan cansada y sola a mi cama unas lágrimas corrían por mi cara antes de quedar dormida. Le pedí que no dijera nada a Draco, supongo que no quería medir la gravedad con la que me afectaba y solo guardarlo, él me prometió que estaría a salvo con él.
Los gemelos también me alzaron los ánimos con algunas bromas a los alumnos de tercer año o las veces que fuimos al campo de Quidditch al ver los entrenamientos de las casas. Era obvio que Fred y George extrañaban montar su escoba y golpear algunas Blogger. Esos momentos solo pasaban escasas veces entre semana, ya que por ocasiones estaban ocupados por algo que mejor y decidí no preguntar e ignorarlo. Los días que mejor la pasábamos eran los fines de semana al atardecer.
Febrero pasó tan rápido como enero. Ya llegando a marzo la nieve había desaparecido completamente, el agua ya estaba completamente descongelada. Gracias al tercer mes del año se apreciaba el verde resurgiendo en el color del pasto que creía en los jardines y la caliente luz del sol iluminaba cada espacio.
Las clases seguían siendo pesadas e intensas. Algunas veces estudiaba con Pansy o con André, pero al estar juntos era casi imposible mantenernos concentrados y tratar de no hacer comentarios sobre el día.
Caminaba tranquilamente por los pasillos de Hogwarts en camino a los jardines para verme con Vera y Cedric. Estaba solo, no había rastro de alguien cerca o al menos a un radio de veinte metros. Seguí mi paso como lo habitual, pero al doblar en una esquina me di cuenta que dos cabezas pelirrojas se daban paso a unas puertas que jamás había visto en mi vida. En unos segundos entendí por qué no la había notado, esta comenzó a disolverse y convertirse de nuevo en la piedra sólida.
Corrí hasta sentirlo con mis propios dedos, no quedaba nada allí, era muy extraño. En poco tiempo deduje que los dos que entraron eran Fred y George, de eso no me queda duda.
Mejor lo dejé pasar, no necesitaba explotarme el cerebro para imaginar que se tramaban los gemelos, solo espero que sea algo seguro y nada arriesgado.
Al llegar a los jardines, vi a Vera y Cedric a lo lejos Los dos estaban sentados en una gran roca cerca de la orilla, juntos, creí que se iban a dar un beso, pero noté como Vera giró su cabeza rápidamente haciendo que los labios de Cedric quedaran en su mejilla izquierda. Noté como Cedric se encontraba algo avergonzado y Vera incomoda. Me acerqué a ellos para romper esa tensión.
-Holaaa, ¿Cómo están? -pregunté alargando las palabras y sentándome en medio de los dos.
-¡Al fin llegas! -exclamó Vera con gran entusiasmo. Vi como sus mejillas eran color rojo intenso.
-Hamilton -me llamó Cedric y giré mi cuello para verlo-. ¿Me rechazarías si te beso?
-¿Qué? -pregunté con una risita burlona y miré de reojo a Vera.
-¿Tienes algo serio con Draco? -me sorprendí al escuchar a Vera.
-¿Qué traman los dos? -les pregunté frunciendo el ceño, echando mi espalda hacia atrás, apoyándome con la palma de mis manos.
-¿Nosotros? -contestaron los dos al mismo tiempo y se vieron-. Contesta la pregunta -pidieron los dos.
-Bien, bien -dije apresuradamente-. No, no somos pareja-
-Con eso ya está -Vera se apresuró interrumpirme-. Besa a Cedric.
-No -respondí automáticamente entrecerrando los ojos y haciendo una sonrisa. Creía que era una especie de broma.
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Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}
Teen FictionNuevo país, nueva ciudad, nueva escuela, nuevas experiencias... pero jamás creí que una de ellas tuviera el nombre de Draco Malfoy. El deseo, el amor, las mentiras y las verdades... Todo será diferente. Y claro, el interés hacia una nueva persona qu...