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-Carajo -murmuré quejándome de un dolor punzante en mi cabeza, aun con los ojos cerrados-. Pero que mier...

Al abrir los ojos me percaté que claramente no estaba en mi habitación, ni en mi cama ni mucho menos estaba sola. Comencé a alterarme cuando noté que no traía puesto mi vestido, sino más bien una sudadera grande y de color negro, por suerte aun conservaba mi ropa interior. Miré a mi derecha y André estaba dormido, con la camisa un poco abierta. Me cubrí toda con las cobijas ya que solo tapaban mis piernas.

Toqué rápidamente el hombro de André, pero no recibí respuesta. Lo volví a tocar, presionando con mayor fuerza, pero fui inútil. Ya lo había intentado varias veces, así que tuve que optar por otra opción. Me recliné para tenerlo de cerca, presionando mi codo contra la almohada.

-André -susurré en su oreja, pero solo hizo un quejido-. André, despierta -repetí con mayor intensidad y le di una pequeña palmada en su mejilla, logrando despertarlo.

-¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Estás... quién? -empezó a preguntar con voz ronca rápidamente, aun medio dormido, mientras se tallaba los ojos.

Una risita burlona salió de mí-. ¿Qué hago en tu habitación, en tu cama, con tu ropa y a tu lado?

-Buenos días para ti también -resopló acomodándose en la cabecera de la cama-. Cierto -entrecerró los ojos y se acomodó el cabello hacia atrás-. Estás aquí porque anoche estabas DEMASIADO ebria...

-¿Y no era mejor idea llevarme a mi habitación?

-Eso pensé, pero no en cuanto fuiste corriendo a vomitar... y al baño de hombres.

En ese instante sentí tan vergüenza por mi misma que me puse roja, me cubrí la cara con las manos y seguí escuchando a André.

-Todos los demás estaban borrachos, así que fui corriendo contigo y cuando acabaste, te ayudé a limpiarte la boca con un poco de agua, lamentablemente habías manchado tu vestido, así que supe que ya era hora de llevarte a dormir...

-Carajo, carajo, carajo -empecé a maldecir en voz baja, ya que cada vez era peor.

-Pero... si, hay otro pero -comenzó a reírse al ver mi reacción-. No podías sostenerte, así que tuve que cargarte sobre mi hombro, comencé a marearme y por poco caemos los dos, pero me sostuve de la pared y supe que no llegaría tu habitación, por lo que te traje aquí y bueno... Tuve que quitarte el vestido o si no dormirías llena de vomito...

-MIERDA, no estaba usando sostén...

-Si... -respondió un poco apenado y rascó su nuca-. Tuve que ya sabes... pero rápidamente te puse la sudadera.

-¿Pasó algo más?

-Bueno... ya que preguntas... No sabia si te sentirías cómoda al despertarte y verme a tu lado, así que decidí dormir en la habitación de Blaise, ya que tenia un saco de dormir, pero cuando te deje sobre la cama y te cubrí con las sabanas...

-No, no, no...

-Si -se aclaró la garganta y continuó-. Estabas realmente... caliente, bueno, así lo dijiste -otra risita salió de su parte y le di un leve golpe en el brazo, tontamente, también me reí de mi misma-. Sabes muy bien lo que siento por ti -me miró seriamente y tragó-. Sin embargo, por más que tus manos se fueron a partes donde no debían, te abracé, impidiendo que te movieran, te resistirte un poco, pero al final te quedaste dormida y bueno, ahora veo que yo también.

-Vaya noche -comenté entre una risita y lo miré-. Gracias André, por cuidarme... Cualquier puso haberse aprovechado de mi... -baje la mirada y me sentí muy estúpida al exponerme de esa manera.

Una imagen muy borrosa y sin forma se proyectó en mi mente. De la nada me llené de terror y angustia, rogaba que me dejara, pero solo parecía que se burlaba de mí.

André me tomó del mentón y subió mi mirada hacia la suya, haciendo que la terrible imagen se esfumara-. No mientras yo esté cerca -se aseguró con voz tranquilizadora y medio un beso en la mejilla.

-Será mejor que nos demos prisa -miré el reloj, pero seguí igual de tranquila-. Ya nos perdimos del desayuno y de tres clases.

...

André y yo pasamos todo el día juntos, hasta la tarde, cuando nos reunimos Harry, Ginny, Tom y los demás. Contamos todo lo que cada uno recordaba y vaya que a mí no me fue tan mal. André se guardó uno que otro detalle ya que sabía lo avergonzado queme sentía.

Antes de despedirme de Harry, hablamos a solas y nos sincerizamos. Le pedí disculpas por todo lo que le dije en el pasado, y él, parecía bastante arrepentido. Se disculpó por no haber confiado en mí y tener prejuicios sobre mi salimos, ya que ahora se llevan bastante bien. Aún no sé si Hermione y Ron saben sobre nuestra amistad.

Una semana después

Me enteré que Madison y Draco habían iniciado una relación, nadie lo tomó a sorpresa, ya que Madison estaba junto a Draco todo el tiempo.

-Se parece a mí cuando estaba enamorada de Draco -comentó Pansy mientras esperábamos fuera del salón de pociones-. Solo que yo al menos tenia un poco de dignidad, ella no tiene nada -agregó con tono burlón y no pude evitar reírme.

-¿Qué les causa tanta gracia? -preguntó Madison dándose la vuelta y jalando a Draco de su brazo.

Me callé de inmediato y le di un codazo a Pansy. Ella me miró y una sonrisa traviesa se dibujó en sus labios.

-¿De verdad quieres saber la razón? -Pansy se cruzó de brazos y la miró de arriba para abajo.

La mirada de Pansy cuando le caes mal, de verdad impone, y Madison no fue excepción. Madison la fuminó con la mirada y se dio la vuelta.

-Será mejor que controles a tu novia Malfoy -le recomendó Pansy en voz alta y Draco solo hizo una de débil sonrisa.

Poco después de eso llegó el profesor y entramos a clase. Todos hablaban sobre lo que había pasado entre Madison y Pansy, y que Madison al quererse ver muy imponente, se vio todo lo contrario.

...

-¿Cómo lo lograste? -preguntó Blaise a mi lado mientras tomaba mi mochila y mi túnica.

-No lo sé, supongo que soy buena en pociones -respondí vagamente, impactada igual que Blaise al tener en mis manos una pequeña botella que el profesor Slughorn me había obsequiado.

-Bien hecho Hamilton -dijo Harry con u sonrisa al pasar por mi lado.

Yo sonreí levemente y traté de ignorarlo ya que Hermione y Ron iban detrás de él.

-Perra -comentó Pansy con un sonrisa y me abrazó de los hombros.

-Felicidades -André dijo al ponerse de mi lado mientras caminábamos fuera del salón.

Me rodeó los hombros con su brazo y se llevó mi mochila. Al salir del salón de clases, pude ver como Draco levantaba su mirada, alzaba las cejas y se iba en dirección al baño. Me espere un poco y les dije a los demás que los alcanzaba en la sala común.

Fui en dirección a donde se fue Draco y me metí a los baños, sin que nadie me viera. Cerré las puertas sin hacer ruido y caminé hacia los lavabos.

-Solo estoy aquí porque...

-Pero estas aquí -interrumpió Draco, saliendo detrás de un muro y caminando hacia mí-. Sea la razón que sea.

Me miré al espejo y comencé a arreglarme el cabello y un poco los labios.

-Oficialmente estas saliendo con Madison, así que creo que esto debe acabar -dije mirándolo a través del espejo.

-¿Qué se supone que debe terminar?

-No te hagas Malfoy -me di la media vuelta y caminé a la salida, pero él me detuvo.

-Los dos... -invadió mi espacio personal y su mano fue a mi cintura, apretándola, causando que lo fulminara con la mirada-... sabemos muy bien que esto nunca tendrá fin.

-Pues yo creo que si -escupí quitando su mano bruscamente de mi cuerpo.

-Te encantó lo que hice la otra noche -susurró suavemente en mi oreja mientras su mano viajaba por mi espalda baja.

Mordió el lóbulo de mi oreja y comenzó a besarme el cuello, dejando débiles marcas en mi piel. Sus manos acorralaron mi cuerpo, subiendo la falda de mi uniforme y apretando mi cintura.

-No vas a encontrar lo que buscas -susurré con la voz agitada-. Sé que quieres el felix felicis -agregué mientras lo jalaba de la corbata y él se detuvo-. Lo que no sé es para que exactamente lo quieres -escupí molesta, ya lo tenia frente a mis ojos.

-Linda -volvió a inclinarse cerca de mí oreja-. Es un secreto -respondió suavemente-. Pero tú vas a dármelo.

-Jodete Draco -repuse con una sonrisa mezquina y me acerqué a sus labios. Estaba a punto de besarlo-. No tendrás nada de mí -susurré en sus labios y luego lo aventé contra la pared-. Disfruta a tu nueva novia -dije antes de abrir las puertas y alejarme de él.

Por primera vez en mucho tiempo, ni una sola lágrima salió de mis ojos. No podía desaparecer mis sentimientos a Draco tan rápido, pero siento que fue un gran avance ya que siempre he sido alguien que llora sin control, sola, la mayoría de veces, pero lo hago simplemente porque lo necesito. Y esta vez no lo necesité.

Los días pasaron más rápido de lo que esperaba, teniendo a unas pocas horas la fiesta de Halloween. Apenas estaba recuperándome de la fiesta de Tom y de todo lo que me enteré gracias a Vera, que fue de la que más se acordaba además de André.

-Si vendrás ¿cierto?

-No lo sé Pansy, tengo mucha tarea y no me siento muy bien -respondí haciendo una mueca y subiendo las escaleras hacia mi habitación.

-No puedes faltar, hemos esperado esto por más de un mes -me reprochó al momento en que abrí la puerta de mi habitación.

-Tengo que pensarlo -Pansy bajó su mirada y soltó un bufido. Rodee los ojos, no estando segura si me arrepentiría de lo siguiente-. Bien, iré, pero solo por unas horas.

-¡¿De verdad?! -sus ojos brillaron de un momento a otro y me abrazó.

-Solo no vuelvas a chantajearme con tu "tristeza" -repuse entre risas y ella asintió con la cabeza y una gran sonrisa en sus labios.

...

La música y las voces de las chicas a las afueras de mi habitación me indicaron que la fiesta ya había comenzado.

Como era Halloween, Pansy y Blaise habían propuesto que nos disfrazáramos para la fiesta, ya que lo habían visto en una película. No podía negarme, ya que si había pensado en mi disfraz... Coqueto, atractivo a la vista y excelente para la ocasión.

-Todos te notarán, tu atuendo es el más original que he visto además del mio -aseguró Pansy mientras salíamos de mi habitación. Yo solo sonreí y tomé con la punta de mis dedos la tela de mi vestido.

Y como Pansy lo dijo, así fue. De pronto todas las miradas estaban sobre mí. No me sentí intimidada, todo lo contrario. Por más que quisiera ignorar el hecho de que mi disfraz no era superior, no podía, ya que casi todas las chicas iban como si fueran ángeles, conejitos, y no sé que otros animales más.

Pronto localice los ojos de André y le dije a Pansy que iría con él. Ella me guiñó y se fue con Vera, que estaba vestida como una hermosa hada. Ellas dos hacían un dúo perfecto, ya que Pansy era un hada oscura y Vera un hada blanca. Sin duda agradecía que se conocieran, ellas son mi meta en una relación.

-Wow -dijo André al verme y me dio la vuelta.

Yo sonreí y mis mejillas se enrojecieron un poco.

 -¿Y tú eres

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-¿Y tú eres...? -lo analicé de arriba para abajo, esperando una respuesta.

-Una especie de pirata-mago -respondió modelando su camisa un tanto desordenada y sacándose la vuelta para ver el resto de si disfraz. Yo me reí, pero cubrí mi boca al ver su mirada sarcástica-. Te ves muy hermosa... Realmente eres la afrodita más hermosa que he visto.

-Basta de halagos Da Costa -me burlé tomando un poco de su bebida.

-No puedes pedirme eso, no todos los días eres una hermosa diosa de la mitología griega -se mordió el labio inferior y puso su mano en mi espalada para después de inclinarse a mí para que le diera un poco de su bebida.

La situación con André ha estado muy bien. No se me ha insinuado en semanas, tampoco me ha pedido alguna oportunidad, si quiera ha tocado el tema sobre la situación entre los dos, ya que no hay nada de que hablar. Simplemente es amable, lo suficiente. Durante los últimos días he disfrutado de su compañía y me ha recordado que al final de todo... es un amigo, y que estará para mí cuando sea. Me agradaba ese lado de André.

Comenzamos a bailar al ritmo de la música. No pude identificar que canción era, pero te entraban ganas de moverte, no era rápida, sino, más lenta y con mayor razón se metían en tu cuerpo.

Abracé el cuello de André con mis brazos y levanté mi mentón para no perder el contacto visual. El rodeó mi cintura con sus manos y no las movió de ahí. Era lindo verlo como inclinaba su cuello y cabeza al hablarme, pero cuando comenzamos a bailar, no dejó de hacerlo ni un segundo.

La temperatura empezó a subir, necesitando de su cuerpo cerca al mío, siendo yo quien acortarse el espacio entre los dos. Me dejé llevar y cerré mis ojos, tomé sus manos y las levante en el aire, me di la media vuelta, pegando mi espalada en su pecho y bajando sus manos a mis hombros, luego a los costados de mis costillas hasta llegar a mi cintura.

Supe que André se estaba controlando al igual que yo. Su fuerte respiración golpeó mi cuello y dejó sus labios cerca de mí oreja.

Volví a abrir los ojos y lo primero que vi fue a ese hombre, recargado en la pared de la esquina, con un vaso en su mano y entrecejo fruncido, mandíbula apretada y mirada fulminante, no había nadie más como Draco.

Cherry de Lana Del Rey comenzó a sonar.

Me sentí deseada, me sentí poderosa y decidí aprovecharlo.

No le quité la mirada ni un segundo y le sonreí mientras me mordía el labio. Él es igual de desafiante que yo, así que apretó su mandíbula y bebió de su vaso, sin quitar la mirada. Alcé las cejas, como él lo hacia y jalé a André de la camisa.

Acerqué mis labios a su oreja y acaricié su nuca, André me jaló de la cintura pegando su cuerpo al mío. Podía sentir la mirada asesina de Draco. Mordí el lóbulo de su oreja y él soltó un leve gruñido, luego besó mi cuello. Mis labios fueron por su mandíbula hasta que llegaron a su barbilla, me moví un poco para alcanzar sus labios y ahí rompí el contacto con Draco. Cerré mis ojos y me abalancé a los labios de André, su respiración aumentó junto con la mía y la velocidad del beso tomó intensidad al poco tiempo, mordió mi labio inferior y tiró de él, sacando un débil gemido de mi boca.

André movió su cuerpo sin apartar sus manos de mí. Se posicionó frente a mí y enseguida fue hacia mis labios. La música, el ambiente y sus toques despertaron un deseo sobre él que solo había sentido con una persona.

Se apartó y seguimos juntos, tocándome discretamente y yo jugando con su cabello. Sonreí y volví a la dirección de Draco, ahí estaba, igual, solo que al verme arrugó la nariz y terminó su bebida de un solo trago. Yo hice una risita y volví a los ojos de André.

Su mirada me demostró que se había percatado de todo.

Me soltó y traté de evitar que se fuera, pero fue inútil. Me quedé ahí, en medio de todos, sola, culpable porque me había dado cuenta que lo había usado.

Tuve que tragar mi orgullo y fui tras él. ¿Cómo pude hacerle eso, a él? Ha sido tan comprensible, atento, amable y me sentía segura con él.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora