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Ya me había puesto mi traje negro. No necesitaba quedarme más tiempo de lo necesario y vendría cada día para que Pomfrey me pusiera la pomada.
Le pedí privacidad a la enfermera Pomfrey en cuanto llegó Pansy.

Para mí buena suerte Madison casi después que ella y se negó a irse. No se lo pedí de nuevo, no sería a mi quien me afectará, sería a ella.

—¿Cómo que no sabes en dónde está? —le pregunté molesto frunciendo el ceño.

—Simplemente nos avisó que se iba y se despidió... Cuando te peleaste con Potter ella vino a verte y luego se fue.

Aparté la mirada de Pansy y simplemente me perdí en mis pensamientos.

Si era cierto que _____ me había visto antes de que se fuera no creo que solo se despidiera y ya. Ella no es así, la conozco mejor que la palma de mi mano.

—Y bueno, su primo también se fue con ella, Tom...

Eso me tranquilizaba un poco más ya que no está sola. Ya es la segunda vez que se va sin decir nada y no resultó bien la última vez. Aunque ella y yo no estuviéramos en excelentes términos, un vacío se formaba en mi pecho al saber que no estaba cerca de mí.

—Como sea ¿Por qué te preocupas tanto por ella? Te trató como una mierda —bufó Madison que estaba más apartada.

—Se nota que no sabes de nada sobre lo que sucede en este colegio —Pansy rodó los ojos y la intimido mirándola de pies a cabeza—. Bueno, tengo clase, ya nos vamos.

Pansy movió si cabeza y yo asentí. Miró de mala manera a Madison cuando salió.

—¿Quién se cree?

—No hables Madison —ordené poniéndome de pie.

Ella apretó los labios y se acercó. Yo me puse de pie en cuanto se sentó sobre la cama. Frunció el ceño y volvió a pararse para tratar de abrazarme, pero no lo permití.

—¿Ahora te comportaras así conmigo? —inquirió levantando una ceja—. ¿Ni siquiera me dejaras abrazarte? —de nuevo trató de acercarse, pero me moví y a un metro de ella.

—Yo abrazo a quien yo quiera —contesté mirándola a los ojos—. Abrazo a quien yo amo —agregué con un tono de voz mayor—. Sobre todo, si se ve afectada por la envidia ajena y necesita ánimo.

—¿De quién estás hablando? —preguntó tontamente con un mayor tono de voz, como yo.

—De _____ —apreté la mandíbula y di un paso al frente.

—¿Por qué debería importarme ella? —inquirió molesta y acercándose.

—¡PORQUE ELLA ME IMPORTA A MÍ! —exclamé furioso—. ¡MAÑANA, TARDE Y NOCHE SIEMPRE ME IMPORTA ELLA! —Madison solo se quedó parada sin decir nada—. Y tú la lastimaste —bajé mi tono de voz y me acerqué aún más—. Y, si la lastimas a ella, me lastimas a mí —me alejé de ella de nuevo—. _____ es la mujer que quiero. Mi lealtad se la debo a ella. Ella es mi prioridad.

—¡¿Y no la mujer con la que te casarás?! —me gritó molesta con lágrimas en los ojos.

—¡Ya no van a culparme por esta alianza miserable! ¡No me haré cargo de eso! —aparté la vista de su cara y pasé la mano por mi cara. Me di cuenta que tenía lágrimas en mis mejillas que ya habían cesado. Pasé mi antebrazo para limpiarme y volví a hacer contacto con sus ojos—. Si tienes alguna queja... sobre... no sentirte amada o apreciada en este compromiso, te recomiendo que se lo expreses a quienes lo arreglaron.

Apreté la mandíbula y la odié con la mirada. La ignoré, salí y cerré las puertas del hospital detrás de mí para ir directo a mi habitación.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora