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—¿Y que hace aquí la pequeña Hamilton? acaso no tiene sueño — lo escuché hablar a mis espaldas con un toque de burla

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—¿Y que hace aquí la pequeña Hamilton? acaso no tiene sueño — lo escuché hablar a mis espaldas con un toque de burla.

—Deja de molestar y dime que quieres —solté después de suspirar fuertemente y giré mi cabeza para verlo.

Sus ojos

Sus ojos eran lo único que podía pasar por mi mente al estar cerca de él.

Grises como las rocas de la playa, brillantes por el agua y profundos como el océano.

Draco Malfoy era un odioso, sí, pero nadie podía decir que no era atractivo.

—Quiero cada parte de ti —susurró seductoramente cuando noté que estaba a solo centímetros de mí.

—¿En serio te vas a comportar así? que pesado —contesté lo más indiferente que pude, pero no puede evitar poner mis mejillas coloradas.

Y ninguno rompió el contacto visual, mucho menos cuando puso un brazo a ceder lado mío, obligándome a recargar me completamente en el sillón ante su cercanía.

Era insistente cuando quería algo, lo supe en ese momento, pero no lograría acostarse conmigo.

—Vamos _____, no te hagas la difícil, yo sé que me deseas y yo a ti, ligeramente — susurró en mi oído con suavidad.

A ese punto sentí un débil cosquilleo en mi entrepierna. Debía admitirlo, también lo deseaba.

Mierda.

Le sonreí y mordí mi labio, esto hizo que Draco reaccionara justo como quería, así que me levanté y tome su mano, dirigiéndonos hacia las habitaciones. Volteé a mirarlo cuando estuvimos justo en el pasillo, lo empujé contra la pared y lo tomé del cuello. El solo pensó que sería la manera perfecta de besarlo, así que me tomó de la cintura y quiso acercar su boca con la mía, pero en cuento lo hizo, apreté mi agarre contra su cuello.

—Yo no soy ningún juguete para andar satisfaciendo imbéciles —dije a lo bajo, cerca de sus labios.

Él frunció el ceño y arrugó la nariz. Pero aún tenía esa sombra en sus ojos, llenos de deseo.

A la vez se me hacía fácil descifrarlo, pero imposible de entenderlo.

—No sabes como soy cuando me enojo, y créeme que estas a muy poco de descubrirlo si sigues sin respetarme —amenace, ahora con una voz más firme y gruesa mientras hacía más fuerza contra su cuello.

Draco comenzó a jadear y el agarre en mi cintura se hacía cada vez más intenso.

—Suéltame, ¿Acaso quieres matarme? —exclamó con dificultad, tratando de respirar.

—¿Ya no me deseas? — inquirí sarcásticamente, pero con una cara triste—. Maldito cobarde — susurré y lo solté, a lo que él tomó aire rápidamente.

Hazme suspirar {Draco Malfoy y tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora