Ático

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Un pequeño ardor en la piel del cuello le hizo volver un poco a la realidad: estaba siendo besado, acariciado y mordido por todas partes por un casi desconocido, con tanta veneración, con tanta dedicación como si se tratara de un dios.

Jaló el cabello negro que tenía entre sus dedos, haciendo que el dueño de este le prestara atención.

¿En qué momento terminaron así?

Podría empezar en la discusión de la mañana con... No, no. Eso comenzó en el momento en qué cruzó la puerta de aquella casa donde le habían llevado. La música no era tan alta, pero el ambiente era algo agitado. Las personas no notaron su llegada, a excepción de un chico que se encontraba bebiendo quien sabe qué, en un sillón al rincón, observando que resaltaba entre los chicos que le acompañaban.

Wei Wuxian, quien le había llevado, corrió buscando a Jiang Cheng, quien se suponía debía llegar antes que ellos. Al sentirse solo, buscó con la mirada a alguien con quién hablar. No era alguien introvertido, pero tampoco era tan sociable cómo se esperaba. Además, se sentía observado por alguien, aunque al estar en medio de una gran masa de gente era imposible saber quién le miraba.

Entre tanta gente, fue a dar donde una joven de coletas que servía bebidas.

–Hola– saludó con una sonrisa dulce.

–Uh, hola desconocido ¿Gustas?– extendió un vaso con soda y alcohol mezclados.

–Gracias– lo tomó entre sus manos antes de hacer una pregunta tonta – ¿De quien es la fiesta?

–Mía– respondió algo extrañada, pero no molesta.

–¡Oh! Lo siento, es que mi amigo me trajo y... Larga historia – contestó con una mirada de disculpa.

La chica se rió fuerte, llamando la atención de los cuerpos que estaban cerca.

–No hay problema, contigo ya son cinco que lo preguntan– antes de que pudiera seguir hablando, fue interrumpida por otro desconocido que se la llevó lejos.

Odió que le quitaran a la única y primera persona con la que habló en el poco tiempo que estuvo ahí.

–Su nombre es A-Qing, por si estás interesado– una voz detrás de él le hizo saltar.

–Eh ¿Qué?– al voltear se encontró con un joven de vestimentas negras, más bajo que él. Era el primer chico que había visto en cuanto llegó, un chico bastante atractivo.

–Que si te interesa, se llama A-Qing, sólo que es mi amiga y tendrás que pasar por algunos retos si quieres salir con ella– contestó riéndose.

–No, no lo estoy – "¿No estás qué, tonto?" Se reprochó mentalmente.

El otro chico le sonrió mostrando sus colmillos, haciendo que su interés sólo estuviera en él.

Sí, ahí empezó; supuso. El chico con chaqueta de cuero, pantalones semi rasgados y una perforación en la oreja se robó su atención en cuanto le sonrió. ¿Desde cuándo los idiotas con sonrisa bonita le gustaban?

–De acuerdo, de todos modos no creo que la soportes: habla mucho y tiene energía como para hacer una fiesta y encargarse de todo – lo siguiente que hizo fue servirse alcohol.

Xiao Xingchen le regaló una sonrisa ¿No se supone que hablas bien de tus amigos? La música comenzó a subir de volúmen, algún gracioso estaría bromeando.

–¿Y qué haces aquí?– volvió a hablar el más bajo después de tomar un sorbo.

–No lo sé– se encogió de hombros sin atreverse a voltear. ¿Lo estaba poniendo nervioso?

ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora