Epílogo

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Afterglow.


Afterglow.

–¡Mierda!– su corazón estaba latiendo demasiado rápido, su respiración se agitó y sus ojos apenas lograron enfocar la habitación.

Llevó sus manos al rostro, intentando calmarse. Talló sus ojos para poder despertar completamente. Por el rabillo del ojo noto que una pequeña luz se encendía. Seguía lloviendo, por esa misma razón la luz eléctrica falló de nuevo. Sintió una mano fría en su espalda, por lo que dió un ligero salto.

–¿Estás bien?– escuchó la voz ronca de Xingchen detrás de él.

–Lo siento, solo fue una pesadilla – explicó mientras regulaba su respiración –No quería despertarte, vuelve a dormir – se disculpó.

Habían pasado unos días. Cinco para ser precisos. En aquellos días se dieron la oportunidad de convivir como buenos amigos, evitando quedarse solos si no era para dormir. Estar tan cerca les hacía sentir débiles.

Xingchen le mostró distintas partes del pueblo, como la escuela donde estudió, el pequeño cine, un parque casi abandonado dónde estuvieron usando los columpios por mucho tiempo.

Song Lan los acompañó con Wen Ning. A decir verdad, Xiao Xingchen y Xue Yang parecían sus chaperones. Así que no tenían tiempo para hablar sobre lo que sentían, o como se sentían.

La confianza había crecido entre ambos, los toques entre ambos no se sentían tan incómodos ni tan tensos, aunque algunas veces, inconscientemente, terminaban tocándose más de lo necesario. Así que, cuando Xingchen dijo:

–Ven aquí– lo tomó entre sus brazos, acurrucándolo en su pecho y acariciando su pelo, se sintió normal.

Solo debía simular que los latidos acelerados eran por las pesadillas. La otra mano comenzó a acariciar su espalda, dándole un poco más de calma. Inevitablemente terminó abrazando a Xiao Xingchen, sintiendo un poco de paz.

La sangre, el dolor, la culpa, todo volvía en sus pesadillas. Hacía unas semanas que se detuvieron completamente y justo unos días antes de irse de las montañas volvieron a atormentarlo.

–No eres la persona en tus pesadillas, Xue Yang – las palabras del joven le sorprendieron ¿Cómo supo..?

Bueno, tuvo pesadillas durmiendo con él, y solo una vez se lo contó, así que podía haberlo adivinado.

–Lo sé, solo que algunas veces se sienten muy reales– explicó con voz tranquila.

Se apretó alrededor de la cintura de Xingchen, tan fuerte que el chico luna se quejó. Levantó su mirada hasta encontrarse con los ojos zafiro que le miraban atentamente.

–Lo siento – aflojó el agarre – no quería lastimarte – casi enseguida, Xiao Xingchen le contestó.

–No fue por el dolor – admitió con el rostro sonrojado.

Xue Yang lo entendió enseguida. A pesar de que una parte de sí le decía que se alejara, la otra le hizo quedarse ahí mientras Xingchen se deslizó por sus brazos hasta quedar frente a frente. Soltó un pequeño suspiro cuando este le tocó la mejilla con suavidad.

Los ojos zafiro, resaltando entre la oscuridad, brillaron aún más al estar tan cerca. Sus narices chocaron, así que las respiraciones se cruzaron; poco a poco fueron acelerándose. Xue Yang intentó buscar sus labios con los ojos y Xingchen al entender aquél gesto, chocó su boca con la ajena.

Un placer bastante anhelado les inundó. Unos segundos después, Xingchen abrió la boca dejando entrar a la lengua que tanto extrañó. Llevó sus manos al cabello de Xue Yang para que no se alejara de él. Las manos de Yang se sujetaron a su cintura.

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