Toxic

Hábil

La espuma resbaló por su espalda, sintiendo una sensación de alivio al saber que estaba quitando toda la suciedad y sudor que había acumulado. Se sentía un tanto inútil siendo duchado por manos ajenas, pero también se sentía demasiado relajado.

–Xingchen ¿Puedo preguntar algo?– la voz provocó que la piel se erizara por la cercanía y el tono en esta.

–Dime – las manos se deslizaron por si abdomen, yendo hacia abajo.

–¿Porqué no le has dicho a tu amigo sobre nosotros?– aquella duda le hizo salir de su momento de relajación.

–Porque es algo... Sobreprotector – no encontró otra palabra para describirlo – y va hacer un gran drama si se entera porque creo que no le agradas, también por eso insiste en conocerte – la espuma regreso a su espalda baja.

–¿Y qué pasa si yo no quiero?– cuestionó divertido.

–Algunas veces he pensado que podrían llevarse bien, me gustaría que así fuera – se encogió de hombros mientras sus muslos eran enjabonados.

– Le gustas – le recordó.

Ninguno de los dos lo sabía, pero Xue Yang era lo suficientemente paranoico para saberlo y deducirlo con escuchar que era "sobreprotector". La palabra correcta era "celoso"; lo supo cuando GuangYao se enteró de que Song Lan quería investigarlo.

–No lo sabes – contestó tranquilo – además de que quien me gusta eres tú, y que se conozcan no va a cambiar eso – agradeció que abriera la ducha para poder enjuagar su cuerpo.

–Si tú lo dices – le dió un beso en la mejilla (poniéndose de puntillas) y después le arrojó agua con la mano para molestarlo.

Después de una ducha larga y juguetona, se vistieron para ir por algo que desayunar y comer. Sus estómagos les reclamaban por no consumir alimentos. Aún así, Xue Yang se tomó el tiempo de llenarle el rostro de besos a Xingchen hasta que le quedará cubierto de estos.

Xue Yang se tomó un poco de tiempo en el sanitario. Xingchen estaba arreglando su pelo cuando escuchó que el ascensor llegó a su piso. Pudo no prestarle atención, pero se dió cuenta del sonido de las pisadas. Dejó el peine a un lado, y se apresuró a salir.

En el momento en que su rostro cruzó el arco de la puerta, la puerta principal se abrió dejando ver a su amigo que estaba de vuelta. Tragó en seco, porque cierta persona estaba usando el baño. Y sintió que podía desmayarse cuando vió a la otra persona junto a Zichen: su mamá estaba ahí.

La figura delgada como él le miró de arriba hacia abajo intentando notar los cambios que tantos meses le habían dado. Encontró muchas en realidad.

Ese era el plan de Song Lan. Si tú no vas a la montaña, la montaña viene a ti. Después de tantas vueltas, excusas y eventos, prefirió llevar a la madre de su amigo sin avisarle para que fuera una sorpresa, así no podría huir.

Solo que no contaba con un pequeño detalle, uno que se asomó detrás de Xingchen.

–¿Prefieres hamburguesas u otra cosa? Podemos ir a... – se quedó en silencio mirando a las tres personas congeladas que lo veían.

Song Lan se encontraba totalmente sorprendido ante tal presencia, era demasiado temprano para que ese hombresillo estuviese ahí. La madre de Xiao lo miró de arriba hacia abajo, juzgando a tal ser.

Xingchen solo quería regresar el tiempo y volver a estar en la ducha, jugando con Xue Yang, olvidando que el mundo exterior existía.

–Xingchen – jaló su manga cuál niño – ¿Quién es ella? – no iba a preguntar por Zichen, era obvio que lo recordaba.