Envuelto

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Song Lan estaba extraño. Parecía más ansioso de lo habitual, por lo que Xingchen dedujo que estaba por tener otra crisis de paranoia. Por ende, estaba preocupado.

Acomodó sus lentes en el puente de la nariz, observando a su amigo cocinar mientras él continuaba haciendo apuntes. Mordió la pluma que tenía en mano, buscando las palabras adecuadas para explicar su relación con Xue Yang y que estaba equivocado respecto a GuangYao.

Zichen estaba igual ¿Cómo decirle sobre ChengMei? No quería prohibirle que le viera, que saliera con él; eso era cruzar un gran límite y lo que menos quería era quitarle libertad. Pero debía saberlo.

-Zichen, creo que debemos de hablar de algo - habló llamando la atención de Song Lan, quien le miró intrigado- sobre Xue Yang - completó.

-También quiero hablarte sobre ello- dejó en cocción la sopa, sentándose en la mesa - ¿Sabes que estuvo en un reformatorio? - reflexionó que sería mejor decirlo sin ir por las ramas.

-Sí, me lo comentó hace un tiempo - contestó con seguridad.

-¿Hace tiempo?- no tenía idea de en qué momento se habían conocido.

-Lo conocí en una fiesta el día que me quedé a dormir en casa de los Jiang- aclaró, no creía que ese dato fuera importante.

-Eso fue hace ¿Un mes?- preguntó.

Oh, era tan poco tiempo y estaba tan... Atrapado. Podía jurar que había pasado más tiempo. Asintió levemente, pidiendo que continuara.

-¿Te embriagaste con alguien que llevas conociendo un mes?- cuestionó incrédulo - ¿En serio eres tan ingenuo Xingchen? - pasó de estar incrédulo a estar enojado -¿Sabes que pudiste correr peligro?

-No pasó nada, llegué a salvo a casa- contestó con voz neutral.

-Xingchen, es un criminal ¿Sabes acaso porqué estuvo dos años encerrado?- estaba exaltado, no podía creer que su amigo estuviera tan tranquilo.

-No - Song Lan estaba por continuar cuando le interrumpió - y no me interesa saber por terceros. Somos buenos amigos y confío en que en el momento adecuado lo dirá, cuando él se sienta cómodo - su voz era firme con un poco de enfado - No tienes que preocuparte por mí, ya no soy el niño pequeño que tenías que proteger.

Eso último salió más como un reclamo. Se lo guardó por un mes y lo sacó por Xue Yang. Oh, maldita sea.

Song Zichen se quedó pasmado. Nunca le había hablado así, parecía que su amigo era otro ¿Qué le había hecho ese delincuente? Sintió un sabor amargo en la boca, parecido al del día en que lo vió ebrio.

Era vinagre, estaba más que claro. Pero en ese momento era más importante advertirle a Xingchen lo que podía pasar, con que tipo de persona estaba saliendo.

-¿Confías en mí?- preguntó la joven luna después de un largo silencio.

-Sí- contestó, e intentó hablar más, sin embargo de nuevo se vió interrumpido.

-Entonces deja que conozca más personas. Sé que te preocupas por mí, pero sé cómo cuidarme; si corro peligro me alejaré, lo prometo - su amigo no parecía contento con ello, ni siquiera suavizó su mirada.

Estaba enojado y celoso; por una parte sentía que le estaban quitando a su amigo y por otra parte... Podrían ser más que amigos en un futuro. Sabía muy bien que lo dejaría salir con alguien más, si no fuera Xue Yang.

-Lo siento pero, no me agrada tu amistad con él - confesó - si quieres seguir saliendo con él, está bien; sin embargo no estoy de acuerdo con ello - concluyó levantándose de la mesa para revisar la sopa.

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