Unilateral

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No se molestaron en prender las luces ¿Qué más daba? Conocían sus cuerpos de pies a cabeza. Xingchen sabía que si gemía bajito en el oído de Xue Yang mientras rasguñaba su espalda,el otro lo penetraría con más fervor. Y bueno, Xue Yang sabía lo débil que era el chico cuando le sujetaba con fuerza la cintura mientras lo besaba.

En aquel momento, ambos chocaron contra la cama de Xingchen. Hubiese sido mejor ir al departamento de Xue Yang, pero tenían la cabeza caliente y quisieron llegar algún lado lo más pronto posible. Xue Yang quitó el saco de Xingchen, acarició su pecho, jugando con los pezones aún cubiertos, deslizándose hacia los costillas y subir a la espalda.

Entre besos, bajó al cuello cubierto con la tela blanca para besar esa zona con la tan excitante colonia del chico luna. De un solo tirón aflojó la corbata, la sacó del cuello delgado y la aventó a la cama. Quitó dos botones para continuar devorando el manjar frente a él.

Xingchen lo jaló hacia la cama. Se subieron a ella quitándose los zapatos con prisa, sin importar dónde cayeran. Xue Yang mordisqueó el cuello de jade en lo que sus manos se concentraban en quitar el cinturón, dejándolo a un lado por si les apetecía usarlo; desabrochó el botón haciendo que el cierre bajara solo. Con la cintura floja del pantalón, introdujo sus manos para apretar los glúteos con la uñas, memorizando el gemido de placer que Xingchen soltó cerrando los ojos.

Cuando volvió en sí, sus clavículas estaban siendo besadas por Xue Yang, así que aprovechó para agarrar su corbata, alejar un poco al hombre y ponerle la corbata al cuello. Jaló uno de los extremos provocando que el hombre sintiera un poco de asfixia a la vez que se sacudía hacia enfrente. Ambos estaban de rodillas encima de la cama.

–¿Así sí te gusta usarla?– Xue Yang se rió suave y ronco ante tal pregunta. Mordió su labio saboreando al joven luna.

–Me encantas – murmuró jadeando por el placer contenido.

Luego de eso atacó a Xiao Xingchen con la boca, besando sus labios en busca de asfixiarlo de esa manera. Este, empezó a jadear y gemir al sentir la lengua ajena viajar por todos lados, en momentos enredándose con la suya. Abrió las piernas para subirse en él. Le recibió con apuro, abrazando su delgada cintura con ambos brazos, firme y fuerte.

Sus labios fueron liberados después de un largo rato, dejándolos de un color rojizo. Ambos jadeantes, con el rostro rojizo y con saliva en los labios. Luego, aquella boca se deslizó hasta su manzana de Adán para besarla y morderla como si fuera las manzanas que comía con frecuencia.

–¡Ah, Xue Yang!– alzó la voz al gemir, ya que además de los besos y mordidas, la cadera del mencionado se estaba moviendo, restregando el miembro duro que tenía, sumando las manos estrujando y acariciando su espalda baja.

Y luego de eso, un crujido. Ninguno de ellos lo provocó, ni fue la cama. El par salió de su burbuja, volteando a la puerta a la misma vez. Song Lan estaba ahí, mirándolos y por su reacción no tenía mucho tiempo que los había visto.

–¡¿QUÉ CARAJOS?!– gritó sin poder contenerse.

Xingchen se alejó de Xue Yang y bajó de la cama para arreglar su ropa. El otro le siguió, siendo que su pantalón también estaba desabrochado.

–Yo... No sé cómo decir esto – aceptó Xingchen con vergüenza, luego de arreglar su apariencia.

–¿Qué cosa? ¿Qué te estás acostando con este criminal?– acusó Song Lan.

–Sí... De hecho es mi novio – confesó con voz firme pero un tono bajo.

Tenía miedo de la reacción de su amigo, por eso no sabía qué ni cómo decir algo.

ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora