Posesivo

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–¡Xingchen! Qué bueno es oír tu voz – escuchó del otro lado de la llamada.

–Zichen, no esperaba que me llamaras – admitió.

Puso su teléfono en altavoz, mientras seguía ordenando la cama prestada. Era medio día, había pasado la mañana trabajando en su laptop, además de desayunar y limpiar la cocina con A-Qing. No tuvo tiempo de ordenar la habitación, y justo cuando empezó, su amigo le llamó.

–¿Estás ocupado? – cuestionó. Si lo estaba, le llamaría después.

–No tanto ¿Qué sucede? ¿Cómo te la estás pasando?– se tomó la libertad de sentarse unos minutos.

–Aquí todo está aburrido sin ti, no pude ir a deslizarme de la montaña solo, ya sabes, mi padre está trabajando y tú mamá enfermó – se dió cuenta de que fue algo imprudente al decir ello, por lo que se agregó: – No es nada grave, solo fue un pequeño resfriado.

–Dios, creí que era otra cosa – suspiró – ¿Porqué no fuiste con mi tía Baoshan Sanren?– tuvo curiosidad.

Era como su segunda madre, solo que ella era aún más lejana de la civilización, viviendo a las orillas de la montaña a pesar de trabajar como profesora. Bueno, ella también le "prohibió" salir con chicos, sin embargo le apoyaba más que su mamá. Por eso le tenía cariño, aunque le costó recuperar su relación después de decirle que tenía novio.

–Me la pasé en su casa – contestó divertido – Estuve ayudándole con su huerto, a cuidar que la nieve no quemara nada – y contándole que estaba a unas semanas de declararle su amor a Xingchen, ya no podía esperar más – Esos días cayó más nieve de lo habitual – explicó alegre.

–Supongo que algún día podremos volver a deslizarnos por la montaña – soltó otro suspiro – He estado en la casa de A-Qing, la cuido ya que sus padres no están ¿Puedes creerlo? – contó.

No podía darle detalles, pero tenía que contarle a alguien. Wei Ying había desaparecido con Lan Zhan esas últimas semanas. Habían ido a vacacionar fuera de la ciudad o algo así. No tenía a quien contarle, ya que A-Qing estaba con ellos, viviendolo.

–¿Hasta cuándo? Puedo ayudarte, llego mañana en la noche – Xingchen se quedó callado.

–¿No ibas a quedarte otra semana?

–Tengo que arreglar algo en la universidad, por eso. Además, te extraño. No tengo más amigos – su risa duró dos segundos antes de apagarse.

–Creo que mañana llegarán los padres de A-Qing, así que no será necesario – carraspeó un poco – yo también te extraño, es el primer invierno que no lo pasamos juntos – y era verdad.

Amó el tiempo que pasó con Xue Yang, lo atesoró en su corazón. Quería más tiempo a solas con él, disfrutando de su extraña relación, de sus besos, de sus cuidados, del sexo. Pero también extrañaba a su amigo, la costumbre y el cariño seguían ahí, a pesar de todo. Xingchen seguía queriendo a las personas a pesar de todo, no guardaba rencor hacia nadie. Así que tomando en cuenta de que siempre pasaba el invierno con Zichen, pasarlo lejos de él le hacía extrañar las tardes de películas con su mejor amigo.

–Te veo mañana, tengo que hacer mis maletas – se despidió Zichen ante el silencio que se hizo.

–Nos vemos mañana– también se despidió.

Para cuando volvió la mirada a la puerta, se encontró con la silueta de Xue Yang cruzado de brazos ¿Hacía cuánto estaba ahí? Tenía una ceja levantada y la sonrisa ladeada. Oh sí, tenía que decirle que su viaje a la montaña iba a suspenderse por la llegada de su amigo. Y al siguiente su burbuja para amarse se esfumaría por Song Lan ¿Cómo decirlo?

ToxicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora