Toxic

Mon amour

Una hoja se extendió por la ventanilla y Xingchen la tomó rápidamente. También fueron depositados frente a él dos frascos con tabletas que ocultó en sus bolsillos. Suspiró entristecido. Zichen se acercó a él cuando lo vió salir.

Había sido todo un problema tener que explicar a las enfermeras porqué Xue Yang llevaba en brazos a Xingchen cuando solo se desmayó por poco tiempo. Yang le dijo de una manera amable (no lo fue) que por favor lo atendiera sin hacer muchas preguntas. Para fortuna del joven luna, contaba con seguro médico, así que lo llevaron con el médico general en poco tiempo.

Y ahora estaba avergonzado por haber preocupado a los tres.

–¿Qué te dijeron?– preguntó Song Lan mientras ofrecía el brazo que Xingchen rechazó discretamente.

–No es nada grave ¿Podemos irnos?– asintió y comenzó a caminar, cuidando a Xingchen por si sufría de otro desmayo.

Ambos llegaron a la sala de espera donde una A-Qing estaba sentada. En cuánto los miró, se levantó y los encontró en el camino, ofreciendo su brazo que también fue rechazado.

–¿Y Xue Yang?– no estaba a la vista, por lo que tuvo curiosidad.

–Está afuera, en la calle. No le gustan los hospitales – explicó la chica sin mucha importancia.

Xingchen tuvo que adelantarse a la salida, ya que Song Lan y A-Qing se quedaron para usar el sanitario. No le costó mucho encontrar a Xue Yang, este estaba sentado en una banca frente al hospital. Había guardado las manos en los bolsillos por el frío, y eso le dió ternura.

En cuanto el frío llegó a su brazo le dolió, habían sacado sangre del brazo para poder hacerle análisis ya que su aspecto no era muy bueno. Tardaron cerca de dos horas e incluso más, ya que era de noche. Xue Yang imitó a sus amigos poniéndose de pie en cuanto lo vió salir.

Lo primero que hizo fue extenderle un abrigo que tuvo que ir a buscar con la menor.

–¿Cómo te sientes?– notó lo poco que movía su brazo izquierdo, así que le ayudó a ponerse el abrigo.

–Mejor, un poco. Tengo hambre – admitió algo avergonzado.

–Podemos parar a comprar algo – ofreció y el chico asintió animoso – ¿Qué te diagnosticaron?– Xingchen se puso serio, movió su boca ligeramente haciendo una mueca de indecisión, cosa que lo preocupó.

Más aún cuando inhaló aire para hablar.

–Estoy embarazado– soltó.

Xue Yang se puso aún más serio que él, sintiendo mucha confusión.

–¿Qu-qué?– habían pasado años desde la última vez que su lengua le había jugado así.

Xingchen soltó una carcajada al ver su reacción, su cara pálida y el tartamudeo.

–Es broma – dijo entre risas y se compuso un poco – Tengo anemia en realidad – admitió sin perder su humor.

Xue Yang se dejó caer en la banca que había estado sentado y suspiró pesadamente. Luego comenzó a reírse de sí mismo.

–Me asusté ¿Sabes?– y ambos siguieron riéndose.

Xingchen, como pudo, buscó con su mano derecha los frascos de vitaminas que le habían proporcionado. Se los dió para que los viera.

–Tengo que tomarlos por un mes, luego descansar, y después volverlos a tomar hasta que mi sangre se encuentre mejor – acarició su brazo. El buen humor se había ido.

Eran raras las veces en que enfermó. Se había roto un brazo, y posiblemente su mente no era muy sana, pero no habían tenido que hacerle análisis de sangre de ese tipo. No le gustaba estar enfermo y ahora lo estaba. Suspiró pesado.